El SIVE confundió la patera con las señales de fuertes olas
Los radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) desplegados en Lanzarote llegaron a detectar la patera naufragada con 25 muertos el pasado mes de febrero en la costa conejera, aunque los operarios no actuaron iniciando el protocolo ya que se confundieron con otras miles de señales parecidas producidas por fuertes olas.
Los ecos de la barca en el radar fueron verificados horas después, al revisar las grabaciones, y las tres señales de la patera aparecían entre otras miles similares, por lo que no fueron tenidas en cuenta y nadie dio la alarma para iniciar el procedimiento de rescate, según indicaron mandos de la Guardia Civil que cita este martes el diario El País.
El citado mando explicó que “los radares reciben continuamente destellos que son analizados por el radarista de turno conforme a un protocolo”. “Los tres destellos producidos aquel día por la embarcación fueron muy breves y, como tantos otros, no superaron el filtro establecido”, aseguró.
“Sólo revisando las grabaciones una vez conocido el naufragio fue posible relacionarlos con lo ocurrido. No hubo ninguna negligencia”, concluyó el mando de la Guardia Civil.
La delegada argumentó, también este martes, que en el radar del SIVE se reciben “habitualmente no sólo tres ecos sino muchísimos más ecos”. “Se ha actuado como siempre se actúa”; cuando un profesional “está al frente de una pantalla tiene que interpretar los ecos y en este caso -en referencia al naufragio en Lanzarote- los ecos no tenían la entidad como para ir más allá”, argumentó.
Añadió que “existe un protocolo para ver a partir de qué intensidad y nivel reiteración en el tiempo deben ser tenidos en cuenta” los ecos y valorar que no sean “ecos falsos”. En este sentido, recordó que aquel día “el estado de la mar era muy malo y las olas daban muchísimos ecos que aparecieron en muchas ocasiones en la pantalla”.
En su opinión, “hay que ser extremadamente prudentes y rigurosos”, al tiempo que solicitó “que no se haga una instrumentalización política de este asunto por la gravedad del mismo”, algo que le resulta “incalificable”.