Verdad, memoria, justicia y reparación para las víctimas del franquismo en Marfea

Las Palmas de Gran Canaria recordará a los demócratas represaliados por el franquismo que fueron arrojados al mar en los acantilados de Marfea, en la playa de La Laja, con una escultura que reclama para ellos y sus familiares “verdad, memoria, justicia y reparación”.
La playa de La Laja ha acogido esta mañana la inauguración de una escultura en memoria de los asesinados en los acantilados de Marfea, donde el 3 de octubre de 1936 el Ejército y la Falange Española arrojaron al mar a diez personas.
La escultura se compone de dos grandes piedras naturales, que se asemejan a dos montañas, unidas por otra piedra lisa y pulida que, en palabras de su escultor, Paco Pérez, recuerda “un altar o un puente”.
La obra pretende rememorar a todas aquellas personas que por motivos políticos desaparecieron en Canarias y crear un espacio público para que “sus descendientes puedan presentar sus respetos”, ha añadido Pérez, que también ha hecho hincapié en que ojalá nada hubiera ocurrido y la escultura “nunca hubiese sido necesaria”.
El 3 de octubre del año 1936, diez personas fueron arrojadas al mar en los acantilados de Marfea, en la playa de La Laja de la capital grancanaria, por tener pensamientos políticos contrarios a los sublevados contra la República.
Se trata, en concreto de Rafael Martín, Juan Ramón Llarena, Pablo María Cruz, Manuel López Díaz, Rafael Pérez de León, José Cardenas Pérez, Ramón Miranda Cabrera, Tomás Bautista Torres, Juan Álvarez Cruz y José Álvarez Cruz.
“A este lugar se traía a personas luchadoras que defendían la libertad, la democracia y los derechos de la clase trabajadora para asesinarlos, para introducirlos, atados de pies y manos, en sacos de plátanos con piedras dentro, y lanzarlos por estos acantilados y hacerlos desaparecer para siempre”, ha explicado el presidente de la Asociación Canaria de Víctimas del Franquismo, Francisco González Tejera.
“Verdad, memoria, justicia y reparación” para las víctimas y sus familiares, ha exigido. Los golpistas, conscientes de que la marea devolvía los cuerpos, comenzaron a enviar a los represaliados a la sima de Jinámar.
“Este monumento es la resistencia valiente de una sociedad que no quiere volver a permitir ninguna acción fascista que ciegue la vida de quienes se atreven a pensar y actuar libremente”, ha dicho durante la inauguración el presidente del Cabildo, Antonio Morales (NC), quien además ha insistido en que “un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”.
Asimismo, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo (PSOE), ha destacado que “cuando somos capaces de poder representar y recordar lo que nunca tiene que volver a ocurrir, es que algo está cambiando para bien en este país”.
“Este monumento debe ser un homenaje permanente a la lucha de aquellos torturados y asesinados y este acto, lleno de emoción y simbolismo, quiere expresar el grito de todos los demócratas grancanarios de que nunca más puede volver a ocurrir tal atrocidad”, ha añadido Morales.
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