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Vivir solo tras un ataque al corazón se asocia a un mayor riesgo de muerte

NUEVA YORK, 8 (Reuters/EP)

Vivir solo tras sufrir un ataque al corazón está asociado con un mayor riesgo de morir en los cuatro años siguientes, mientras que carecer de ayudas en el hogar se vincula a una menor calidad de vida justo un año después de sufrir este episodio. Así lo advierte un estudio liderado desde la Yale School of Medicine, cuyos resultados se publican en 'American Journal of Cardiology'.

Según este trabajo, mientras que el riesgo de muerte un año después del ataque es prácticamente el mismo en las personas que viven solas y aquellas que viven acompañados, a los cuatro años el riesgo de muerte es cerca de un 35 por ciento mayor para aquellos que viven solos.

Para la líder de esta investigación, Emily Bucholz, estudiante en la Yale School of Medicine, “el apoyo social debe ser una importante consideración tras un ataque al corazón”. “Se debe dar especial consideración a asegurarse de que los pacientes que viven solos reciban un adecuado apoyo social de la familia, los amigos y los vecinos para mejorar su recuperación”, asevera.

Aunque este estudio no pudo probar que vivir solo cause muerte prematura, el equipo anotó las diferencias entre las personas que vivían solas y aquellas que vivían con otros, como el género, la etnia, el estado civil y la posesión de mascotas.

A juicio de la cardióloga de la Clínica Mayo en Rochester (Minnesota) Sharonne Hayes, señalar estas diferencias es importante porque estas diferencias, porque pueden afectar el bienestar o el riesgo de muerte de estas personas.

“Existen diferencias fundamentales entre aquellas personas que viven solas y aquellas que no. Es como si se compararan manzanas con naranjas”, señala Hayes, que no ha participado en este trabajo.

Por ejemplo, cerca de un tercio de los sujetos que participaron en este estudio y vivían con otros tenían un peso saludable para su altura, en comparación con el uno de cada cinco de los que vivían solos. Además, dice, la gente que vive sola tiende a ser más mayor y tiene el doble de probabilidad de fumar. “Este estudio confirma --dice-- que hay diferencias entre la gente que vive sola o acompañada”.

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