''Si vuelvo al Sáhara, moriré en dos días''

Thalía Rodríguez / Thalía Rodríguez

La mirada de Brahim es amable. Es una de esas personas que sonríe con los ojos. Brahim tiene una válvula en el corazón y la tensión alta, lo que le obliga a tomar una ingente cantidad de pastillas al día para poder seguir viviendo.

Es de origen saharaui y lleva viviendo en Gran Canaria desde los años 90. Rápidamente, saca su tarjeta de la seguridad social fechada en el año 2000 para que la veamos. “Mira, esta es mi tarjeta, estuve trabajando aquí”, nos cuenta. Un accidente laboral fue, precisamente, el causante de su enfermedad.

Aunque no haya perdido la sonrisa, Brahim se encuentra en una situación muy complicada. Tras la reforma sanitaria impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy le retiraron la tarjeta sanitaria y ahora sobrevive gracias a la buena voluntad de su doctora y a Cáritas: “La doctora me guarda medicamentos que sobran, y ella y el asistente social me los dan cuando voy a la consulta”, asegura.

Debido a su delicado estado de salud tiene que acudir a controles cada 15 días y someterse a pruebas cada mes. Su mayor temor ahora mismo es que le cambien de doctora. “Cuando estoy mal y voy a ver a la doctora, ella me devuelve las ganas de vivir”, nos dice.

La medicación que se tiene que tomar cuesta cerca de 300 euros al mes. Mientras nos cuenta esto, Brahim saca de su mochila un neceser repleto de tabletas de medicamentos. “Llevo aquí una farmacia”, comenta entre risas. Cuando acude al hospital para pedir cita con el especialista para someterse al seguimiento con el médico que lo operó lo derivan a urgencias al carecer de tarjeta sanitaria.

Brahim se ha visto obligado recurrir a la ayuda de los demás para poder sobrevivir: “Vivo al día gracias a la solidaridad, pero hay muchas personas que están peor que yo”, asegura.

Como ya no puede trabajar debido a su enfermedad crónica, apenas tiene dinero para subsistir. La visita diaria a Cáritas desde 2009 y la ayuda de su médico se han convertido en la cuerda a la que agarrarse para seguir adelante.

Al no tener un contrato de trabajo no tiene derecho a la tarjeta especial sanitaria. Los documentos que se exigen son, en muchos casos difíciles de conseguir, como el certificado de bienes o certificado de hacienda de los países de origen. Además, Brahim se enfrenta a otra barrera: actualmente cuenta con pasaporte marroquí. Con la ayuda que le proporciona el servicio de acompañamiento de Acción en Red están trabajando para obtener un pasaporte de su tierra natal, el Sáhara y solicitar la tarjeta especial.

Dice que no comprende por qué el Gobierno ha actuado así, “Me pregunto qué pensarían los políticos si tuvieran un hijo en la situación en la que han dejado a personas como yo”, afirma. “Somos humanos y merecemos un poco de respeto, es lo único que pedimos”.

“Yo no estoy aquí porque quiera, dejé allí a mi familia. Yo no vine enfermo. Enfermé aquí. Perdí a mi familia, mi salud y todo, ”si vuelvo al Sáhara, moriré en dos días“, asegura.

Brahim se deshace en agradecimientos hacia su doctora, el servicio de acompañamiento de Acción en Red Canarias, Cáritas y hacia todas aquellas personas que le ofrecen su cariño; “una buena palabra hace que me sienta mejor”, nos dice sonriendo.

Aunque su situación sea dramática a Brahim le quedan ganas para seguir luchando, junto a él reposa una bandera de su tierra, con la que acudirá, tras la entrevista, a una concentración por los derechos del pueblo saharaui.

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