Un grupo de astrónomos y físicos elaborarán un mapa tridimensional de treinta millones de galaxias

Galaxia Andrómeda / Daniel López, IAC

Rubén Darío García León / Efe

Santa Cruz de Tenerife —

Astrónomos de diversos centros de investigación participarán en la elaboración de un mapa tridimensional de unos treinta millones de galaxias y cuásares con la intención de conocer y entender las propiedades de la energía que hace que la expansión del Universo se acelere.

El astrónomo Carlos Allende, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha explicado a Efe que la elaboración de ese mapa se hará utilizando el instrumento DESI (Dark Energy Spectroscopic Instrument), que se instalará en el telescopio Mayall, ubicado en el Observatorio Nacional de Kitt Peak, en Tucson (Arizona, EEUU).

En este experimento participarán más de doscientos físicos y astrónomos de diversos centros de investigación, entre ellos los españoles CIEMAT, Instituto de Astrofísica de Andalucía-CSIC, Institut de Ciénces de L'Espai-CSIC, Instituto de Física de Altas Energías de la Universidad Autónoma de Barcelona, Instituto de Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid, Escuela Politécnica Superior de la Universidad Autónoma de Madrid, e IAC.

Según el modelo clásico, la expansión del Universo debería ser más lenta de lo que lo es, y Carlos Allende explicó que si sólo la gravedad frenase esa expansión podría ocurrir que hubiera suficiente materia para frenarla y en ese caso cada vez sería más lenta.

Otra posibilidad sería que no hubiese materia suficiente como para frenar la expansión, en cuyo caso ésta sería permanente.

Pero lo que ocurre es que hace unos quince años se detectó que el Universo, al contrario de lo que se pensaba, no está frenando su expansión, sino acelerándola.

Eso quiere decir que la expansión del Universo desde el conocido como Big Bang o Gran Explosión no es frenada por la gravedad, sino que hay un componente “extra”, difícil de medir, que no se sabe qué es y recibe el nombre de energía oscura.

Carlos Allende manifestó que lo que se quiere es entender las propiedades básica de esa energía “extra” que hace que la expansión del Universo se acelere y de la cual “no sabemos absolutamente nada”.

Este experimento cuenta con el apoyo del Ministerio de Defensa de EEUU, que financiará una parte considerable de su coste, mientras que diversas instituciones científicas del resto del mundo aportarán el resto, señaló Carlos Allende.

Para llevar a cabo este proyecto se está construyendo un nuevo instrumento capaz de tomar medidas de la velocidad de las galaxias de manera eficiente.

Por la ley de Hubble, las galaxias que se alejan más rápido de la Tierra están más lejanas, de modo que al medir su velocidad se puede determinar su distancia y completar los mapas.

Desde el telescopio Mayall, en el Observatorio Nacional de Kitt Peak se observarán durante cinco años y a partir de 2019 treinta millones de galaxias y cuásares.

Para hacer ese trabajo se utilizarán cinco mil robots del tamaño de un bolígrafo fino que colocarán fibras ópticas sobre las imágenes de las galaxias que captará el telescopio, llevando su luz hasta diez espectrógrafos que la analizarán, midiendo la velocidad de cada galaxia.

Con DESI también se pretende complementar el trabajo del satélite espacial Gaia, cuya misión es censar mil millones de estrellas de la Vía Láctea en tres dimensiones.

DESI servirá para calcular las velocidades de varias decenas de millones de estrellas, de forma que la información espacial de posiciones se Gaia se combinará con la de velocidades que facilitará desde tierra DESI, para hacer un mapa tridimensional de la galaxia, tanto de las posiciones como de las velocidades de sus estrellas, y además ver su composición química.

Comentó Carlos Allende que en la Vía Láctea se sabe que hay estrellas “muy antiguas”, pero también las hay “jóvenes” y que se concentran en el disco de la galaxia, así como otras de edad “intermedia” que están en el conocido como disco grueso.

Pero se desconoce cómo rotan esos discos, y tampoco se conocen las composiciones químicas de las estrellas en detalle. Al unir la información de Gaia con la de DESI se podrá entender mejor cómo se formó la Vía Láctea y las galaxias en general, explicó Carlos Allende. 

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