Sonrisas Canarias atiende a medio millón de personas en sus 10 años de existencia

Desde que se creara en marzo de 2004, la ONG Sonrisas Canarias no ha hecho más que batir sus propios récords. Esta organización, cuya sede está en el barrio capitalino de Valleseco, se dedica desde entonces al reparto de alimentos entre las personas más necesitadas, una labor que en sus orígenes fue puesta en marcha por su presidente, Luis Febles, para ayudar a sus vecinos, y cuyas estadísticas no pasaban de las 70 familias anuales.
Hoy en día, Sonrisas Canarias “no hace más que batir sus tristes resultados”, señala Febles, pues asegura que “año tras año vamos duplicando los datos de asistencias del ejercicio anterior”.
En este sentido, comenta que “2014 lo cerramos con 50.000 asistencias, casi el doble de las 27.000 de 2013, lo que supone que se cuadrupliquen los beneficiarios, si tenemos en cuenta que cada persona recoge sus alimentos para unas cuatro que son de media por familia”.
Febles recuerda que en sus orígenes, “Sonrisas Canarias se creó al abrigo de la asociación de vecinos Siglo XXI, y con la intención de atender las carencias de un barrio, pero, en la actualidad, nos vemos desbordados por demandas de toda la Isla, que nos remiten a personas con los preceptivos informes de los servicios sociales”.
Incluso, señala que “nuestra ONG ha traspasado nuestras fronteras, y dentro de nuestra acción solidaria hemos podido enviar más de 9.000 euros en medicamentos para los campos de refugiados de Tinduf, en Argelia, o material escolar a Cuba”.
También explica que en una época especialmente complicada, Sonrisas Canarias se ha volcado en otras acciones como la recogida de juguetes para los niños de estas familias sin recursos, pues según señala “es muy triste que hayan familias que me han confesado que sus hijos no saldrán en Reyes a la calle porque les dar vergüenza decirle a otros niños que no les han dejado ningún juguete”.
Otra de las labores paralelas al reparto de alimentos de esta ONG, consiste en llevar a estos menores al cine, “una experiencia que para muchos es la primera vez en su vida en la que ven una película en pantalla grande. Nosotros los llevamos con su refresco y cotufas, como se merecen”, dice Febles, quien precisa que “ya han disfrutado de esta experiencia más de 3.000 niños y niñas en los últimos cuatro años”.
En los diez años de existencia de esta organización, han sido capaces de repartir 4,3 millones de toneladas de alimentos, que han sido recogidas en su sede por 136.310 personas, “lo que representa que más de medio millón de toda la isla se hayan beneficiado”.
En este sentido, Febles asegura que con este panorama “nuestra clase política debe dejar las promesas para otro momento y ponerse a trabajar para resolver esta catástrofe humanitaria, puesto que en las islas, de manera permanente, hay más de 500.000 personas que viven de manera permanente bajo el paraguas de las ONG”.
Para hacer posible esta labor, en la que Febles no ha contado con ningún tipo de ayudas públicas, sino todo lo contrario, la ONG ha dispuesto siempre de la implicación incondicional de empresas del sector de la alimentación, tanto de la Península como del Archipiélago, que “han sabido responder al incremento de la demanda en los años más duros de esta crisis, supliendo con creces el abandono de la administración”.
La labor de Sonrisas Canarias se ha desempeñado gracias a la implicación de unos 25 voluntarios, la mayoría usuarios de la ONG, “una dosis de realidad que también nos ha llevado a emprender proyectos como la búsqueda de empleo, que ha dado como resultado la contratación de 662 personas entre quienes venían a buscar a alimento”. También se han desarrollado programas de recogida de material escolar e higiene personas.
Dadas las carencias económicas de las familias, “también hemos logrado la colaboración de profesionales que prestan asistencia y asesoramiento a nuestros usuarios en la tramitación de ayudas públicas como la RAI o la PCI, que a lo largo de estos años han resuelto más de un millar de expedientes”.
Esta ONG atiende cada semana a unas 2.000 personas, que acuden con cita previa y con informe, un volumen que requiere de una organización que precisa contar con una lista de espera con una antelación de cuatro meses, lo que representa que “hasta marzo de 2015 recibamos en nuestras instalaciones de Valleseco a unas 10.000 personas, lo que nos hace presagiar que 2015 no será tan bueno como dicen nuestro gobernantes”.
Ahora que finaliza un ejercicio y arranca otro nuevo, Febles solo pide un deseo: “Que quienes tienen la obligación de sacarnos del problema en el que nos han metido, se pongan a trabajar y rebajen de una vez nuestras estadísticas, para que realmente se pueda constatar de que crecemos y estamos saliendo de la crisis, porque, si se pasan por nuestra sede del antiguo colegio de Valleseco, la lectura es, lamentablemente diferente. No obstante, ante tanta indiferencia, siempre está la solidaridad de la gente que trabaja en una ONG como la nuestra”.