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Me cuesta entender

Guillermo Tevar Sanz

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Vaya por delante mi total apoyo, admiración y consideración a las fuerzas de seguridad, Guardia Civil y Policía Nacional, y mi tristeza e indignación por la falta de profesionalidad de los Mozos, que no solo no cumplieron las órdenes del juzgado, mostrando una total pasividad en el no-referéndum, sino que además abandonaron a sus compañeros en los enfrentamientos contra la turba tumultuosa de independentistas exacerbados. Han perdido por tanto el respeto y dignidad que ese cuerpo merecía.

Dicho esto, me cuesta entender varias cosas de las que han sucedido.

Me cuesta entender que ningún servicio de información averiguara que las urnas las guardaban militantes de la CUP en sus casas. Nuestros servicios de información son de los mejores del mundo, pero que no tuviesen ningún indicio ni que no se haya hablado de ello me resulta extraño.

Me cuesta entender que se eligiera a los mozos para ser los primeros en actuar en el cierre de los lugares de votación. Eso se encarga, y es de manual básico de operaciones, a las fuerzas de mayor confianza del mando, y las demás fuerzas se utilizan como apoyo. Sabiendo como sabían la tibieza de los mozos en actuaciones anteriores y las ambiguas declaraciones del mayor Trapero, me resulta extraña la decisión tomada.

Me cuesta entender que sabiendo con la antelación suficiente los lugares de votación no se hiciera lo que la policía hace cuando alguien se atrinchera en un edificio, que no es otra cosa que aislarlo. Se corta la luz y agua, y con inhibidores de frecuencia se les impide cualquier tipo de comunicación externa; por tanto, no se hubiera podido votar, ni su posterior contabilización telemática; no funcionan los ordenadores, ni móviles, ni electricidad para recargarlos. Tampoco hay comunicación con el exterior. Se deja salir a las personas que lo deseen, pero a los que porten urnas se los detiene a una distancia prudente del colegio o en lugar de votación para evitar más disturbios.

Me cuesta entender que no había ni plan A ni B ni C. Solo se ejecutó el último al que hay que recurrir cuando fallan los demás, y se hizo desde el minuto cero. Me resulta muy extraño.

Y como final me cuesta entender que todo esto se hiciera tan mal, a no ser que se hubiera hecho así siguiendo otro plan que escapa a mi imaginación; pero que lo veremos en los días siguientes.

Supongo que más tarde que temprano, porque no es el momento, se darán explicaciones y habrá ceses y dimisiones. ¿O no?

En fin, no vendría mal recordar aquella canción del comienzo de nuestra democracia: “Libertad sin ira, porque hay libertad”.

*Exdelegado de la AVT en Canarias y comandante de Infantería en la reserva

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