Espacio de opinión de Tenerife Ahora
Santa Cruz nos necesita a todos
La celebración esta semana de Tecnológica Santa Cruz, el foro sobre innovación y tecnología convocado por el Ayuntamiento, ha supuesto un éxito rotundo de participación y aprovechamiento. Con alrededor de 700 asistentes, que agotaron las entradas seis días antes de su puesta en escena, la cita volvió a convertir a la capital en ‘trending topic’ nacional, o lo que es igual, en el hecho más veces mencionado en la red social Twitter, durante la mañana del jueves.
Sin embargo, por encima de todo ello, que tiene su importancia, me quedo con un hecho aún más relevante, como fue el peso emocional que tuvo la realización de esta actividad, sobre todo entre un sector de nuestra población eminentemente joven y con una marcada tendencia emprendedora.
La utilidad de una convocatoria como Tecnológica, el rendimiento que pueda deparar entre los participantes, es el fin que nos mueve en su organización. Con ese único objetivo, desde la Sociedad de Desarrollo se ha trabajado en la selección de un cuadro de conferenciantes y el diseño de un programa de actividades capaces de satisfacer las expectativas de un público ávido de conocer y deseoso de intercambiar ideas.
Así pude constatarlo antes del inicio de las sesiones, cuando me dirigía al Teatro Guimerá para participar en la apertura, apreciando alrededor un alto grado de ánimo. De ahí que me atreviese a compartir con los asistentes una sencilla reflexión acerca del valor de la ilusión en el objetivo de emprender, que es lo que hoy mueve el mundo.
En ese sentido, Tecnológica nos deja la evidencia de contar entre nosotros con un capital humano dispuesto a innovar a través de las tecnologías de la información y la comunicación. Hablamos de ciudadanos mayormente jóvenes, nacidos entre 1980 y 2000, que integran esa generación Y a la que se refirió Álvaro González, uno de los ponentes. Como bien indicó, su madurez se asimila a la de cualquier otra generación –al contrario de lo que se pueda decir– y su capacidad de transformar es muy alta.
La conexión con el futuro, el progreso, los avances y el desarrollo resulta mucho más sencilla con esa ilusión que atesoran todos ellos, lo cual denota una actitud ejemplar y de enorme valor para el progreso de nuestra capital.
También he tenido ocasión de reunirme esta semana con más de un centenar de empresarios de Santa Cruz, con quienes compartí los resultados de la gestión municipal, además de escuchar sus inquietudes y reflexiones sobre el futuro de la ciudad.
Tras haber soportado la crudeza de una crisis que frenó su desarrollo en distintos sectores, aprecio en ellos otro ánimo, asociado a los síntomas de recuperación que venimos advirtiendo. El desbloqueo de asuntos como la aprobación del Plan General de Ordenación (lo mismo que el Plan Especial del Puerto), la dinamización económica, la simplificación administrativa, la rebaja impositiva y el incremento de la inversión pública suponen una palanca para la reactivación y la creación de empleo.
Cuando accedimos al gobierno municipal, hace cuatro años, el Ayuntamiento pasaba por una situación muy delicada, que nos obligó a tomar las riendas para sanear las cuentas, alcanzar acuerdos para pagar, controlar el gasto y reducir la deuda como ningún otro consistorio en el conjunto de las capitales españolas.
Por eso ahora estamos en condiciones de liderar la recuperación económica y generar más confianza entre los vecinos. No obstante, esa vuelta a la senda del progreso, aparejada al crecimiento en calidad de vida que pretendemos para Santa Cruz, es una tarea colectiva.
La ilusión mostrada por nuestros jóvenes emprendedores y el ánimo que refleja el empresariado local son indicios de que vamos por el buen camino. La ciudad nos necesita a todos.
0