El baño de las cabras sigue fiel a su cita en Puerto de la Cruz
Cerca de un millar de cabras de diversos rebaños de los municipios de La Orotava, La Laguna, Los Realejos o La Victoria han cumplido en la festividad de San Juan con el ritual de purificación en aguas del mar en el muelle pesquero del Puerto de la Cruz ante la mirada de cientos de turistas y vecinos de la localidad.
Una tradición que se recuperó a principios de los años 80 del pasado siglo y que justifica, según los cabreros, “que las cabras entren en celo y se queden preñadas”.
Aseguran que así “se purifica el ganado” además de ser un antiséptico natural para las pequeñas heridas y como medio para desparasitar a los animales y “quitarles la miseria en el mar”, como afirma a Efe uno de los pastores.
A la mayoría de los animales este baño purificador no les hace mucha gracia por lo que tienen que ser arrastrados por los cuernos hasta el agua donde sus dueños las sumergen entre desgarradores balidos.
Y después del baño la familia de pastores se afanan en ordeñar a las cabras y algunos vecinos aprovechan para comprar leche fresca.
Cuenta la tradición que los guanches, antiguos aborígenes de la isla de Tenerife, al llegar el solsticio de verano, bajaban hasta el mar con objeto de purificar a hombres y animales en las aguas del Atlántico.