La AAVV Azorín propone un huerto urbano para los habitantes de las chabolas del Pancho Camurria

Inmediaciones del pabellón Pancho Camurria.

Tachi Izquierdo

Santa Cruz de Tenerife —

La nueva directiva de la asociación de vecinos Azorín propondrá, dentro de un bloque de medidas de dinamización del barrio, la ejecución de un proyecto para crear un huerto urbano con el que integrar a los habitantes del poblado chabolista del pabellón Pancho Camurria.

La organización vecinal, que representa a los habitantes de enclaves tan populares de la capital como las barriadas de CEPSA, José Antonio o La Candelaria, indican que, a pesar de vivir en una zona con cierta complejidad, por cogen en ella al Albergue Municipal, “el barrio se merece una oportunidad y un mayor seguimiento”.

El vicepresidente de este colectivo, Samuel García, señaló que tanto los vecinos que en la actualidad padecen la lacra del desempleo, como las personas sin hogar, “se merecen que nuestra asociación les facilite el acceso a cursos de formación y actividades de integración, para favorecer su normalización”.

En este sentido, García dijo que dicho asentamiento está ahí desde hace años, y para el que no se ha aportado una solución definitiva, “y nosotros nos hemos dirigido a ellos porque también son vecinos, pues llevan casi un década en el lugar y sus direcciones constan en esta zona, por lo que también habrá que determinar las ayudas que se les pueden otorgar”.

“Lógicamante, se merecen una vivienda digna”, dijo el representante de Azorín, quien añadió que “estas personas nos han manifestado que, salvo el asesoramiento que reciben en el Albergue, para las demás asistencias, no reciben ningún tipo de atención ni nadie se pasa por el asentamiento para saber en qué condiciones viven”.

Aunque existe mucho riesgo por el material en el que están construidas estas infraviviendas, Samuel García dijo que se trata de un enclave cuya limpieza y mantenimiento lo asumen sus habitantes, y señaló que una forma de ayudar y recabar su colaboración, “sería a través del huerto urbano”.

Esta medida se plantea como un servicio para las personas que habitan en el enclave chabolista, así como para el resto de vecinos del barrio, dijo el vicepresidente de Azorín, quien señaló que “puede constituir una herramienta clave para configurar a través de la ayuda mutua, una nueva armonía en la zona”.

La asociación de vecinos ya ha localizado dos posibles parcelas, que se localizan en la trasera de la propia asociación o en unos terrenos que lindan con el asentamiento chabolista, para lo que se solicitará apoyo para instalar el riego, los materiales y otras infraestructuras, así como el asesoramiento de expertos para lograr producciones con las que abastecer a los propios habitantes del Pancho Camurria, como para las personas sin recursos del barrio.

Samuel García señaló que “no podemos abandonar a estas personas, que un día tuvieron una vida familiar y que ahora necesitan todo el respaldo para volver a remontar sus vidas” y mostró su deseo de que “tengan en nuestra asociación una referencia para recibir ayuda y buscar una nueva oportunidad”, pues indica que “ya algunos de sus habitantes han participado en cursos de la asociación y en actividades, que para eso son nuestros vecinos”.

La intención es plantar variedades de verduras en función de las temporadas y establecer incluso protocolos de colaboración con centros de enseñanza para el intercambio de experiencia o contemplar también que esta actividad se pueda transformar a través de la formación en una salida profesional en el ramo agrícola.

Según García, “nuestro barrio no se merece seguir aguantando las consecuencias de los estereotipos que nos condenan como lugar polémico”, pues indicó que es labor del ayuntamiento recién constituido “poner en práctica acciones de normalización y seguridad, pues son las sensaciones las que acaban incluso afectando a la gente de la zona”.

El dirigente vecinal lamentó que esta zona “solo haya recibido como respuesta durante décadas la falta de asistencia, pues solo se ha comenzado la reposición de La Candelaria, no sin pocas exigencias y engaños, mientras en los casos de las viviendas de José Antonio y la CEPSA, también muy deterioradas y en condiciones pésimas, aún no saben qué acabará pasando”.

Por todo ello, Samuel García dijo que la asociación vecinal Azorín quiere emprender una nueva forma de entender el barrio, que pasa, señaló, “por la dignidad de las personas, sea cual sea su situación”.

 

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