Dos años de tratamiento psiquiátrico para un hombre por quemar la casa de un vecino en Tenerife

Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

Efe

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Un hombre que ha sido condenado a dos años de prisión por quemar en 2019 en la capital tinerfeña la casa de su vecino, que entonces tenía 91 años, no ingresará en prisión, pero durante ese tiempo estará en libertad vigilada condicionada a que se someta a tratamiento psiquiátrico y deshabituación del consumo de drogas.

Así lo ha decidido este jueves la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, que en una sentencia señala que al condenado no podrá acercarse ni comunicarse con la víctima durante tres años, pese a vivir al lado.

El Ministerio Público y la defensa coincidieron en que se debía alcanzar una sentencia de conformidad dado que el estado mental del acusado supone “una eximente incompleta”.

El condenado presenta problemas psicológicos que se ven agravados por ser consumidor habitual de crack, y, de hecho, al comenzar la vista un perito forense, tras hablar con el reo, tuvo que certificar que se encontraba en condiciones para comprender el contenido del juicio.

“Está situado en el tiempo y espacio, sufre un desequilibrio mental leve y por este motivo debe estar sometido a tratamiento psiquiátrico de deshabituación del consumo de drogas”.

El médico recomendó que sea sometido a controles y analíticas de forma periódica para comprobar que cumple con el tratamiento.

El acusado reconoció los hechos, aceptó la pena impuesta por la Fiscal y acordada con su abogado defensor y por lo tanto no puede cometer ningún delito durante dos años, período en el que permanecerá en libertad vigilada, aunque el juez le advirtió de que si incumple las condiciones fijadas entrará en prisión.

Al termino de la vista, la fiscal se acercó al procesado y le dejó claro que debía hacerle caso a una sobrina que se ha hecho cargo de él “y no se meta en más líos”, le dijo.

El procesado justificó su enemistad con el anciano que sufre alzheimer, “porque este hombre me ha hecho mucho daño, siempre está dando golpes en la pared”.

Admitió que es consumidor de “boliches”, dice que el dinero se lo administra su sobrina y se comprometió ante la sala a no volver a consumir y cumplir con el tratamiento impuesto. El acusado permanecía en prisión preventiva por no haberse presentado al juicio fijado en su momento.

La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife pedía inicialmente cinco años de cárcel al considerarlo responsable de un delito de incendio.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 17.00 horas del 4 de junio de 2019, cuando se encontraba en una vivienda situada en el barrio de San Andrés, en la capital tinerfeña.

Junto a su casa reside el anciano, que estaba encamado debido a su edad y padecimiento, por lo que se quejaba constantemente y causaba ruidos, según el condenado.

Por ello, cogió un bote de alcohol de 96 grados y prendió fuego a su vivienda y más concretamente a la habitación en la que se encontraba la víctima, de manera que fue necesario llamar a los bomberos.

Una vez personados en el lugar procedieron a evacuar al acusado y al anciano cuya vida no corrió riesgo, gracias a la rápida intervención de las fuerzas del seguridad.

La discapacidad mental leve que padece y el consumo de drogas hace que sufra alucinaciones y se agrave su desequilibrio. El Ministerio Público admite que su dependencia puede alterar las bases sicológicas y por lo tanto afectar a la esfera cognitiva, volitiva y su incidencia en los actos realizados cómo el juzgado en el día de hoy.

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