El exjefe de contabilidad del Recinto Ferial de Tenerife, condenado a cinco años de cárcel por malversación de fondos públicos
El exjefe de contabilidad del Recinto Ferial de Tenerife, Ignacio C., ha sido condenado por la sección sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife a cinco años y un día de cárcel y a abonar una indemnización de 145.304 euros a la Institución Ferial después de haber sido encontrado culpable del delito continuado de falsedad documental y otro delito continuado de malversación de caudales públicos.
Además, ha sido condenado a una pena de inhabilitación especial para el sufragio pasivo durante el tiempo que dure la condena y otra pena de inhabilitación absoluta para el ejercicio de funciones públicas durante once años y un día. Además, deberá hacerse cargo de las costas judiciales.
Según los hechos probados recogidos en la sentencia, nadie controlaba las cantidades de dinero que Ignacio C. recibía para la institución ferial, y así, entre septiembre de 2005 y junio de 2016 se apoderó de más de 11.000 euros del organismo público perteneciente al Cabildo de Tenerife. El auto recoge que Ignacio C. debía abonar más de 16.000 euros a su exmujer por orden de un juzgado y que, en vez de hacer las transferencias mensuales desde su propia nómina, utilizó una cuenta del Recinto Ferial para abonar periódicamente la cantidad de 510 euros para satisfacer la deuda. De esta forma pagó al juzgado más de 7.500 euros con dinero que en realidad pertenecía al organismo público perteneciente al Cabildo de Tenerife.
Pasado un tiempo, realizó hasta nueve transferencias desde su propia cuenta a la del Recinto Ferial, con lo que devolvió unos 4.500 euros. Pero faltaban unos 3.200 en la caja y para ocultar ese desfase contable, “de forma mendaz”, según la sentencia, anotó un asiento ficticio en la contabilidad simulando un pago con un cheque bajo el concepto “castillos”. Pero ese cheque nunca existió, con lo que simuló esa salida de caja para que cuadrara el dinero que faltaba porque él lo había cogido.
Ya en 2009 de nuevo un juzgado requirió que Ignacio C. ingresara la cantidad de 9.000 euros en pago a su exmujer, y para ello, el ahora condenado volvió a utilizar el mismo modus operandi, es decir, realizar hasta 16 ingresos de 510 euros no desde su nómina, sino desde una cuenta con dinero público del Recinto Ferial. Así llegó a abonar hasta 8.100 euros al juzgado.
Para encubrir esa salida de dinero y cuadrar las cuentas, volvió a inventar dos asientos contables, de nuevo bajo el concepto “castillos”.
Aparte de esas transferencia, Ignacio C. se apoderó, según la sentencia, de otros 9.200 euros para su “enriquecimiento personal”, y para ocultarlo creó distintos vales que nunca justificaron las ausencias del dinero.
Además, pagó varios impuestos de vehículos de su propiedad y el IBI de sus domicilio también con dinero del Recinto Ferial.
En 2016, poco antes de jubilarse, se apoderó de otros 124.000 euros, que desvió a una cuenta que simuló que pertenecía a la institución, aunque se trataba de una cuenta personal. Para ocultar ese agujero en la contabilidad, inventó pagos y vales y realizó transferencias para ocultar la verdadera cantidad de fondos existentes.
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