Vuelve a caldearse el ambiente en San Bartolomé de Tirajana ante la inminencia de convocatoria electoral y probable cambio de gobierno, esta vez sin forzar las cosas. Tanta expectación y tanto cruce de apuestas que aquello más se asemeja a Las Vegas o a Atlantic City que a municipio apañadito y decente. El dinero, que es vivo, está viendo y escuchando la campaña. Y hasta circulan apuestas. Es el mismo dinero (y casi los mismos dueños) que hicieron acto de presencia en los días de la censura, como constata y sabe el 99% del público pensante. El mismo que se percata de que, pese a todo, no sale adelante el Plan General. ¿Qué hacer con aquel flujo de euros? ¿Era riesgo y ventura o habrá que devolverlo? ¿Son las mismas apuestas las de ahora que las de antes o ha surgido alguna otra necesidad?