La verdad es que pocas cosas pueden sorprender ya de Manuel García Navarro, salvo la posibilidad cierta de que vuelva a ser presidente de la UD Las Palmas si las cosas se conducen por ciertos derroteros que tienen más que ver con una carambola de billar que con la ley de la gravedad. Ya les contaremos esa jugada porque tiene mucha miga. Pero mientras llega la famosa asamblea general, García Navarro sigue haciendo vida social de la suya y acude asiduamente al parque de Santa Catalina a tomar un café, jugar una partida de ajedrez y charlar. Este sábado se le pudo ver acudiendo a ese lugar en moto, pero de paquete y sin casco. Descubierto de esa guisa exclamó que no hay taxi que lo lleve del Insular al parque de Santa Catalina. A ver si tiene más suerte desde ese lugar al Angulo Arena.