Imposible sin los empresarios

La parte empresarial del asunto la lideraba el sector portuario de la Confederación Canaria de Empresarios, con Germán Suárez como cabeza más visible y Mario Rodríguez entregado a la causa de manera absoluta y patética. Las empresas Lopesan y Satocan se habían ocupado de la parte técnica, la más limpia, consistente en redactar todos los proyectos, tanto los que tenían que ver con la ocupación del suelo municipal como portuario, incluyendo en este último la parte de la lámina de agua necesaria para el negocio. Por supuesto, los proyectos estaban listos antes de que se empezara a hablar del asunto, y los empresarios los mostraron muy ilusionados a las fuerzas vivas en reuniones privadas con las que se pretendía obtener el máximo de apoyos antes de iniciar los trámites administrativos, políticos y económicos. Estamos hablando de un potencial negocio de muchos cientos de millones de euros, del que se llegó a repartir sobre una mesa hasta la edificabilidad de cada edificio por empresario y hasta por sectores empresariales.