Vicente López Pascual siempre ha desmentido su participación en la guerra sucia de El Salvador, aunque ha admitido que estuvo en ese país como agente del desaparecido Cesid. “Cumplía órdenes”, declaró a La Provincia en julio de 1997, una vez dimitió como director general del Gobierno antes de que Hermoso lo destituyera tras descubrirse su oscuro pasado. Desde entonces y hasta la fecha, ha procurado el calor de varios partidos políticos. En concreto, López Pascual ha conseguido militar simultáneamente en Coalición Canaria y en el Partido Popular, y hasta ingresar en una logia masónica, de la que acaba de ser irradiado. El cabreo que le embarga tras esta expulsión es de tal calibre que ha dirigido toda su ira contra históricos masones canarios de prestigio internacional utilizando para ello la amistad que le une al periodista Francisco Javier Chavanel y la influencia que éste tiene en el periódico Canarias7. Haciendo de correveidile en el asunto anda Larry Álvarez, que reclama en el Cabildo información sobre una subvención otorgada para un congreso internacional de masonería.