Sigue moviéndose con ese estilillo que él tiene, entre divertido y nervioso, el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, José Manuel Arnáiz, ajeno a lo que dicen que se le viene encima en forma administrativa, previa a lo demás. Cree que haciendo felices a los integrantes del dúo de Oriente y proclamando que no posee carnet partidista, la vida va a seguir igual, como en Güendoline. Hasta dijo en una ocasión que es amigo del nuevo director general de Puertos, Mariano Navas, lo que teóricamente le garantizaría una mayor perdurabilidad. Hicimos la prueba del nueve y a unos amigos que el otro día almorzaron con Navas en Madrid les pedimos que, inopinadamente, pronunciaran el nombre de Arnáiz en medio del condumio y que se fijaran en la cara que ponía el director general. Nos ahorraremos los detalles, pero les acercamos la conclusión: no son amigos.