Ya lo habrán leído este fin de semana en este mismo periódico: José Carlos Mauricio se ha hecho fuerte en la empresa del gas y, para que no haya ninguna duda, no sólo se ha constituido en presidente de la empresa, en la que el Gobierno de Canarias, a través de Sodecan, tiene el 12% del capital social, sino que, además, se ha metido a controlar la comisión que decidirá las adjudicaciones multimillonarias que están a punto de caer y que, al final del proceso, rondarán los 200.000 kilos de antes. En otras circunstancias, absolutamente impensables en Isla Mauricio, habría que alegrarse por que los poderes públicos controlen directamente los grandes negocios que se dan en Canarias, y si son en sectores sensibles y estratégicos, mejor. Pero, como se podrán imaginar, ésa no es la cosa, lo que nos llena de desasosiego.