A la hora de escribir estas notas aún no se había cerrado el plazo de fichajes en ese proceceloso mundo llamado fútbol. Y por tanto, no estamos en condiciones de asegurar que el jugador del Universidad de Las Palmas de Gran Canaria CF Ángel Sánchez se haya marchado, como era su deseo, al Ibiza. Pero nos ha llamado la atención una nota informativa enviada por el club en la que, con cierto tufillo a vendetta -o cátedra de jíncate esa-, desvela que el jugador que ahora quiere tomar las de Villadiego se quedaba sin contrato el 30 de junio de 2006 y que Sánchez, que como todo profesional que se precie besa el escudo que le paga, exigió renovar por tres años. Pues resulta que ahora el Uni aporta un dato fundamental para explicar las broncas en público de Ángel Sánchez y el incombustible director técnico colegial, Julio Suárez: el club le renovó y “pese al riesgo que ello suponía (recuérdese que salvo 20 minutos contra la Ponferradina no jugó durante los últimos meses de la temporada 2005/2006 por una fractura en el dedo de un pie), tal condición fue aceptada”. Pues : a estudiar podología a otro lado, men.