Sentimos mucho haber metido a las monjitas del asilo de Tafira Baja el miedo democrático en el cuerpo contando aquí los apaños que se traían con el voto de los viejitos que tienen allí alojados bajo su cargo. La Junta Electoral, como saben, les anuló la mesa electoral al descubrir que el PP ganaba 100 a 0, y al escuchar denuncias de ciertas piadosas coacciones. Suspendida la mesa, las monjas optaron por el voto por correo, modalidad que para estas elecciones utilizaron sólo 55 ancianos de los 279 para los que pidieron papeletas, del PP, claro. El resto acudió a votar al colegio Salvador Manrique de Lara, de la vecina Tafira Baja, en una guagua que una mano amiga, de una institución amiga gobernada por el PP, hizo llegar hasta allí. Como todo el mundo sabe, Dios cierra una puerta pero abre una ventana.