Un paseo en Jaguar

Comparte el empresario portuario con el Elefante Blanco su pasión por los automóviles, y muy particularmente su admiración por la marca Jaguar. En uno de color granate, impecable, lujoso y de un silente rodar, se paseaba este miércoles por el recinto portuario uno de los dos hermanos que andan metidos en el ojo del huracán eólico. Dicen que cuanto más te señalen con el dedo y peores cosas se digan de tí, es cuando más tienes que apurar el afeitado, vestir mejor, lucir envidiable moreno y pasear con lo mejor de tu garaje. Acababa de dejar caer en los mentideros portuarios que piensa enrocarse, que no habrá manera de que le muevan de sus tesis de que los acuerdos con el anterior presidente son sellados a fuego. No lo ha comunicado de modo oficial, quizás a la espera de que se produzcan acontecimientos.