Cada vez que repasamos los papeles que hemos encontrado en el Ayuntamiento de Mogán nos reafirmamos en la necesidad de empezar a eliminar administraciones de raíz podrida como la de ese municipio turístico del Sur de Gran Canaria. Francisco González, su alcalde por la gracia de lo que vale ir a votar un domingo en Arguineguín, es también de los que se quejan por cobrar poco y menos que algunos funcionarios. Todo un alcalde mal pagado, el pobre, que en cuanto vuelva de sus vacaciones en Turquía con su contratista de cabecera e investigado -ambos- en el caso de corrupción local Góndola debería empezar a evacuar las consultas necesarias y las explicaciones digeribles del penúltimo de los chanchullos guarros de su gestión municipal. Lástima que la góndola no llegue a buen puerto, ni si quiera a un amarradero judicial decente aunque en mitad de los canalones de agua sucia como decía otro insigne personaje de parecido corte moral, Miguel Zerolo. Porque de haber un mínimo de rectitud en la autoridad competente, policial o judicial, en cuanto pongamos negro sobre blanco los últimos decretos del alcalde de Mogán en relación a ciertas licencias urbanísticas, mejor se quede en Turquía y no vuelva, ahora que Rajoy quiere predicar con el ejemplo hasta en el Código Penal. Permanezcan atentos este lunes a sus pantallas...