Los que seguimos con atención (y con algo de pasión, por qué no confesarlo) los editoriales de El Día hemos aprendido en muy pocos meses técnicas de traducción jeroglífica y de interpretación de imprecaciones y maldiciones a porrillo. Además de dos o tres altares ante los que se reclina diariamente el intrépido editorialista, y además de cuatro o cinco bestias pardas a las que insulta sin recato, hay una fijación que ya hemos descifrado: don Pepito quiere que se marche Zapatero y que no quede vestigio alguno del socialismo en la faz de la tierra. La razón no es ideológica, ni siquiera soberanista, es sencillamente económica. Don José culpa a ZP de la ruina que está azotando a Canarias, del hambre que pasan nuestros conciudadanos y de la miseria que todo lo invade. Pero admitiendo como animal de compañía que a todo el mundo le va mal en lo económico, no entendíamos el ensañamiento antisocialista hasta que hemos tenido conocimiento de los graves problemas financieros que acucian al faro de Nivaria, problemas de los que es culpable el presidente socialista, por supuesto. Los revelaba este jueves El Digital de Canarias.net, que ya anda anticipando cómo serán los drásticos recortes que hará El Día para sobrevivir. Mientras don Pepito se piensa los sueldos de Peytaví y Andrés Chaves, nos soplan que ya ha llegado a la ciudad un killer especializado en reducir plantillas de modo expeditivo.