Un acusado de acabar con un amigo por celos dice que solo se defendió de una agresión
Un hombre acusado de matar a un amigo tras iniciar una discusión por celos y tirarlo de un puñetazo al suelo para luego seguir golpeándolo a horcajadas sobre él ha negado este lunes los hechos y ha dicho que solo se defendió de una agresión, al inicio de un juicio con Jurado en Las Palmas de Gran Canaria.
El barrio de Guanarteme de esa ciudad, donde residían víctima y procesado fue el escenario del suceso, ocurrido poco después de medianoche del 25 de julio de 2016 en presencia de varios testigos, entre ellos la expareja del acusado, que, según ha sostenido el fiscal, pensaba que había tenido relaciones con su amigo mientras él estuvo recluido en un centro de extranjeros, dado que los implicados son de nacionalidad rumana.
Una sospecha que, aunque desmentida por la que fuera su novia y por el fallecido, habría llevado al hombre, Gavrila D.O., a increpar al otro y propinarle luego un puñetazo que le hizo caer al suelo, donde, “colocándose a horcajadas sobre él” y pese a su situación de “persona indefensa e inerme”, después le habría seguido dando “una batería de golpes” que le provocó la muerte, conforme a su versión.
El planteamiento del fiscal, que solicita una condena de 14 años de prisión por homicidio, ha sido rechazado tanto por el abogado defensor como por el procesado, que ha asegurado que no discutieron por celos y que la pelea la inició la víctima, enfadada porque no quería que siguiera con él de copas.
La mujer y los dos hombres habían estado antes bebiendo alcohol en una terraza y fue al abandonarla rumbo a sus hogares cuando se registró el altercado, que Gavrila D.O. ha sostenido que empezó porque él había anunciado que se volvía a casa de sus tíos, donde vivía, porque no querían que llegara tarde y él no deseaba disgustarlos, y su amigo le dijo que “tenía miedo de los viejos”.
“Caminando, se puso a insultarme”, diciendo frases como “hijo de puta” y “no tienes cojones de quedarte”, hasta que, en un momento, “vino por la espalda y me pegó”, ha relatado.
Ha añadido que fue solo más tarde, cuando “metió una mano en su bolsillo” y él pensó que “iba a sacar un cuchillo o una navaja”, cuando le dio el fuerte puñetazo que lo tumbó, tras lo cual cayó sobre él accidentalmente y, al constatar que no reaccionaba, darle varias cachetadas con intención de reanimarle, y no varios puñetazos más, como ha apuntado el fiscal.
La acusación pública sostiene que el procesado actuó “llevado por los celos”, que “es por lo que decidió acabar con la vida de Félix”.
Su versión ha sido respaldada por una agente de la Policía Nacional que investigó los hechos e interrogó a la exnovia del imputado, la cual, según ha expuesto, declaró que aquel “sentía celos de Félix” y fue quien comenzó la pelea, al encararse al fallecido y preguntarle “¿te la quieres follar?”.
La investigadora ha añadido que, además, la mujer explicó que cuando el muerto estaba caído, Gavrila “se puso encima de él con intención de pegarle”, y no para reanimarle como había dicho.
La Audiencia de Las Palmas no podrá contar en este juicio con el testimonio director de la expareja del acusado, que se halla en paradero desconocido.
Precisamente esa circunstancia ha sido un argumento que la defensa del enjuiciado ha presentado como un elemento que impide aclarar cómo ocurrieron realmente los hechos, que ha reiterado en varias ocasiones que fueron un cúmulo de incidentes no deseados que condujeron a la muerte de Félix, pero no por culpa de su cliente.
Y, como una prueba más de ello, ha aludido al hecho de que la víctima no murió en el acto sino en septiembre en un hospital, si bien la agente que ha declarado como testigo ha matizado que, aunque, “legalmente, falleció dos meses después”, hasta entonces había permanecido en estado de coma irreversible a causa de las heridas sufridas.