El jurado declara culpable de asesinato con alevosía al hombre que mató a un empresario en Gran Canaria
Un Jurado ha declarado esta tarde culpable de asesinato con alevosía y ensañamiento al joven brasileño que mató en 2016 al dueño de una antigua cadena de tiendas de deportes del sur de Gran Canaria, en un veredicto que también le reconoce dos atenuantes: el arrebato y la confesión.
En este juicio, celebrado en la Audiencia de Las Palmas, no se discutía la autoría del crimen, ya que el procesado, Flavio J.D.S., había admitido en todo momento que él mató al empresario con el que había convivido dos semanas en Maspalomas (Gran Canaria).
Sin embargo, el acusado alegó en su declaración durante el tribunal que no sabía lo que había lo que hacía y que actuó movido por el miedo, porque decía que la víctima lo tenía encerrado.
El Jurado no recoge en su veredicto ese supuesto encierro, pero sí considera probado que Flavio J.D.S. mató a la víctima tras haber mantenido una “acalorada discusión” sobre el dinero que había prometido pagarle a cambio de vivir con él una temporada en Gran Canaria y prestarse a mantener relaciones sexuales.
En concreto, después de esa discusión, el acusado esperó a la víctima tras una puerta y le golpeó en la cabeza de forma repetida con una figura de bronce. Después, cogió unas tijeras y se las clavó en distintas partes del cuerpo medio centenar de veces.
El veredicto establece que Flavio J.D.S. atacó a su víctima “a traición” y sin posibilidad de defensa (agravante de alevosía) y luego le hirió de forma reiterada con unas tijeras con la finalidad de aumentar su sufrimiento (agravante de ensañamiento).
Sin embargo, también reconoce que el procesado se encontraba “en una situación de arrebato que alteró sus facultades intelectivas y volitivas en el momento de cometer los hechos” y que, tras unas primeras reticencias, confesó los hechos a la Policía y colaboró a obtener algunas de pruebas utilizadas en el juicio.
En vista de este veredicto, la Fiscalía de Canarias ha solicitado que Flavio J.D.S. sea condenado a 19 años de cárcel: 18 por asesinato y uno por hurto (se llevó joyas y efectos personales de la víctima).
La acusación particular que representa a la familia del fallecido ha pedido 23 años y medio de cárcel por asesinato y robo con violencia, mientras que la defensa propone una condena de 15 años por asesinato y la mínima prevista en la ley para el hurto.
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