Una ruta por el Eje Cafetero colombiano y las alturas de Los Nevados
Lo llaman Eje Cafetero. En los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío el elemento que domina los paisajes es la altura. La Cordillera de Los Andes alcanza en estos andurriales sus primeras alturas de consideración. La espina dorsal de América Latina apenas ha salido de las profundidades del Caribe en la vecina Venezuela y ya casi toca el cielo en picos célebres como el Nevado del Ruiz (5.311 metros sobre el nivel del mar) o el Cerro Tamana (4.100 metros). Arriba y abajo. Alturas nevadas y valles profundos de un verde esmeralda que guardan uno de los tesoros agrícolas y culturales más importantes de este lado del mundo. Hasta hace poco, llegar hasta aquí no era fácil. Primero, por la dificultad impuesta por la orografía. Y, segundo, por el conflicto que durante décadas asoló esta parte del país. Ahora, la moderna y eficiente red colombiana de carreteras te permite ir y venir de un lado a otro. Incluso Bogotá está a poco más de seis horas de ruta de Manizales, una de las puertas de entrada de la comarca.
El Eje Cafetero es mucho más que una colección de paisajes bonitos y pueblos con encanto. Es un paisaje cultural. Es el fruto de siglos de actividad agrícola vinculada al cultivo del café, uno de los motores económicos de Colombia y, también, verdadera seña de identidad del que presume tener el mejor café del mundo. Los propios cafetales, las haciendas, los pueblos e instituciones vinculadas a este cultivo forman un todo que mereció formar parte del exclusivo club del Patrimonio Mundial de la Unesco por ser “el reflejo de una tradición centenaria consistente en cultivar en pequeñas parcelas de bosque alto y del modo en que los cafetaleros adaptaron el cultivo a las condiciones difíciles de la alta montaña”. En torno a los cafetales y las imponentes cimas andinas se localizan 18 centros urbanos que heredaron la arquitectura colonial española pese a su desarrollo posterior a la Independencia del país .
COMO LLEGAR Y MOVERSE POR EL EJE CAFETERO .- La manera más cómoda y rápida de llegar al Eje Cafetero es por avión. En la región hay tres aeropuertos. Hasta el Aeropuerto de La Nubia en Manizales llegan vuelos directos desde Bogotá y Medellín operados por Avianca y EasyFly. El Aeropuerto Internacional Matecaña de Pereira tiene vuelos directos con Bogotá, Medellín, Cartagena, Bucamaranga, Santa Marta y Ciudad de Panamá (Avianca, EasyFly, LATAM, Copa Airlines y Viva Air Colombia). Por último, El Aeropuerto Internacional El Edén de Armenia cuenta con conexiones directas con Bogotá y Medellín (Avianca y EasyFly). Las conexiones por bus son seguras y frecuentes. Hay numerosas empresas que comunican las principales ciudades del país con las capitales cafeteras (conexiones con Manizales ; conexiones con Pereira ; conexiones con Armenia ). Por ejemplo, un billete entre Bogotá y Manizales ronda los 15 euros y el trayecto dura unas ocho horas. Los billetes a Cali el trayecto dura unas 4,5 horas y los billetes cuestan unos 10 euros. A Medellín el trayecto demora unas cinco horas y el precio ronda los 10 euros. Entre las diferentes ciudades y pueblos del eje cafetero hay una gran cantidad de servicios de buses locales. Otra opción para moverse por el Eje Cafetero es el coche de alquiler. Si optas por esta posibilidad tienes que tener en cuenta la distancia entre las diferentes ciudades y pueblos para programar la ruta o hacer base en un lugar que esté a medio camino de todo. Los precios en compañías internacionales se sitúan entre los 30 y los 60 euros por día por vehículos de gama baja y media.
QUE VER EN EL EJE CAFETERO
Armenia, Salento y el Valle del Cocora.- Si tienes un par de días para visitar esta parte del país deberás centrar tu atención en Quindío (Armenia y sus alrededores). Antes de tomar la ruta no dejes de visitar el Museo del Oro Quimbaya (Carretera 19, 40N-80 -Armenia-; Tel: (+57) 6741 3300), un impresionante museo arqueológico centrado en las culturas prehispánicas de la región que se encuentra entre los mejores de toda Latinoamérica. A pocos kilómetros de Armenia se encuentran tres de las grandes atracciones turísticas del Eje. A pocos kilómetros del centro de Armenia se localiza el Jardín Botánico del Quindío (Vía al Valle del Cauca, km 3 –Calarcá-; Tel: (+57) 6742 7254) un imponente museo vegetal que, a parte de sus increíbles jardines, tiene uno de los mariposarios más grandes del mundo y se ha convertido en refugio improvisado de aves de la región. La Ruta 29 asciende hacia el norte buscando los escarpes que anticipan el Parque nacional de Los Nevados; pero antes de buscar las alturas hacemos alto en Salento, uno de los pueblos más bonitos y pintorescos del ‘Eje’.
Aquí se establecieron los primeros colonos antioquieños los primeros colonos antioquieños que llegaron a la región a mediados del XIX para iniciar la explotación del café. Hasta aquí trajeron la arquitectura colonial e iniciaron la transformación del paisaje. Para llegar al Mirador Alto de la Cruz hay que subir casi 300 escalones. Pero el esfuerzo merece la pena. Desde allí arriba se comprende a la perfección lo que supuso el café para la región. El paisaje transformado; los restos de selva originaria en los topes de los cerros y los tejados rojizos de un pueblo bonito. Un paseo por la Calle Real hasta la Plaza Bolívar o los balcones de las calles 5 y 6 confirman el dato. Salento es una muy buena base de operaciones para hacer cortas excursiones a los alrededores. Muy cerca se encuentran algunas de las mejores haciendas cafeteras del país: la Finca El Ocaso Finca El Ocaso es de las más recomendables. Aquí no sólo podrás conocer como se cultiva y procesa el café. También podrás probarlo.
El otro gran hito cercano a Salento es el Valle del Cocora , uno de los lugares más bonitos de toda Colombia. La mejor manera de conocer este lugar único es caminando. Desde la Plaza de Bolivar salen los 'willys' (jeeps de los años 50) que te dejan justo al arranque del camino (los últimos de vuelta salen a las 17.00). Hay senderos para todos los gustos, pero lo mejor es hacer el circular que te permitirá recorrer los prados cercanos al Río Quindio, los manchones de bosque lluvioso nativo y los palmerales. Este es un lugar mágico que hay que ver sí o sí y en el merece la pena pasar toda una jornada. En el valle hay restaurantes en los que puedes comer la famosa trucha al ajillo. Otro lugar curioso próximo a Salento es la Cascada de Santa Rita (dos horas de caminata desde el pueblo).
Una ruta circular por los mejores pueblos del Eje Cafetero desde Salento .- La ruta propuesta la hicimos siguiendo las indicaciones de blog Mochileando por el mundo, que tiene una serie muy buena sobre el Eje cafetero colombiano. La ruta, con salida y llegada en Salento, tiene 175 kilómetros y demanda unas ocho o nueve horas. Las carreteras están muy bien y hasta da gusto transitar por ellas. Los paisajes son brutales y algunos de los pueblos que se proponen como escala son realmente encantadores. La ruta incluye visitas a Filandia (19,8 km desde Salento), Montenegro (27,5 km desde Filandia), Pueblo Tapao (8,1 kilómetros desde Montenegro), Buenavista (39,3 km desde Pueblo Tapao), Pijao (11,9 kilómetros desde Buenavista) y Córdoba (12 km desde Pijao) –y desde aquí vuelta a Salento (57 kilómetros).
Visitar el Parque Nacional Los Nevados.- Antes de ir hacia arriba y buscar los páramos y las nieves perpetuas hay que pasar por Santa Rosa del Cabal (a pocos kilómetros de Pereira) y disfrutar de sus famosas aguas termales. Para acceder a lo más alto hay que moverse algo más al norte (la vía que conduce a los páramos se encuentra muy cerca de Manizales). Una vez arriba uno puede hacer alguno de los senderos que van aquí y allá por sus rincones más espectaculares (ver mapa). Una buena idea es alojarse al menos una noche en el Centro de Visitantes El Cisne y, desde ahí, explorar los páramos. Para buenos montañistas queda la ascensión hasta el refugio del Nevado del Ruiz. Más accesibles son otros lugares como el Valle del Cóndor o la Laguna del Otún.
Fotos bajo Licencia CC: Peter Chovanec; Pedro Szekely; Triángulo del Café Travel; Daniel Echeverri; Sergej; Daniel; Ben BowesBen Bowes