Madrid a la orilla del río: un paseo natural, histórico y artístico a la ribera del Manzanares

Manzanares histórico. Al fondo puede verse la Catedral de La Almudena.

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La renaturalización del Manzanares ha convertido al modesto río de Madrid en un lugar digno de una buena ruta turística. Pese a estar a dos pasos de la céntrica Plaza de España y contar con algunos elementos históricos y artísticos de primerísimo nivel (como los frescos de Goya en la Ermita de San Antonio de La Florida), este lugar es poco frecuentado por los viajeros. Pero es un lugar ideal para ver algunos iconos madrileños desde otra perspectiva y descubrir lugares como la Casa de Campo o los nuevos parques que se han construido en las márgenes del río. Y también para ver como la naturaleza va retomando su espacio después de la apertura de las presas que mantenían al río estancado. La renaturalización sido un hito histórico. Las repoblaciones forestales y la sedimentación natural han creado un verdadero paraíso ecológico a dos pasos del centro madrileño. Han vuelto las aves, los peces y hasta pueden verse nutrias y zorros en pleno centro de la capital española. Una gozada.

Lugares como los entornos de los puentes de Segovia –una obra renacentista del célebre Juan de Herrera-  y Toledo –Siglo XVIII- (ambas soberbias estructuras históricas con un alto grado de monumentalidad) y la moderna Pasarela de Arganzuela (que lleva la firma del arquitecto internacional Dominique Perrault) se han convertido en excelentes puntos de observación de fauna: garcetas; martines pescadores; gaviotas; cormoranes; garzas reales; ánades reales; gallinetas; tortugas de california; el barbo que volvió a Madrid tras muchas décadas de ausencia… El paseo rivereño es una auténtica delicia que permite disfrutar de una naturaleza que va recuperando terreno (se han formado islas y pequeñas masas de bosque ribereño) y ver grandes monumentos históricos. Ya te hablamos de los puentes monumentales, pero también hay que destacar las vistas sobre el Palacio Real, la Catedral de La Almudena o los rascacielos de la renovada Plaza de España. Pero hay otras joyitas como la Puerta de San Vicente o la curiosa Galería de Las Burlas. Y aquí hay que hacer un inciso.

La Casa de Campo es uno de los jardines públicos más grandes del mundo. Su origen data del siglo XVI cuando Felipe II convirtió una antigua casa de campo nobiliaria es un inmenso bosque privado y coto de caza real. Hoy es un parque gigantesco que por sí solo demandaría una jornada de paseos. Como muestra de lo que supone su extensión valgan un par de comparaciones: es cinco veces más grande que Central Park y casi multiplica por siete la superficie de Hyde Park… Pero nosotros nos quedaremos a orillas del río para ver la llamada Galería de Las Burlas de Felipe II, restos del antiguo pabellón privado del célebre monarca español. Para amantes del arte funerario quedan los panteones históricos del Cementerio de San Isidro (Paseo de la Ermita del Santo, 72) que está junto a los famosos prados de San Isidro, un lugar famoso por las verbenas y las meriendas veraniegas.

Pinturas de de un tal Francisco de Goya y Lucientes.- La Ermita de San Antonio de La Florida (Glorieta San Antonio de la Florida, 5) es uno de esos rincones maravillosos que, afortunadamente, las masas de turistas dejan de lado. El edificio no es, per se, nada del otro mundo. Un pequeño templete neoclásico con forma de cruz griega que se levantó a finales del siglo XVIII en las cercanías del Palacio Real. Pero en su interior se guarda una de las grandes joyas artísticas de la capital y del mundo (y no exageramos). El templo formaba parte de un complejo de residencias reales –demolidos para construir la estación de Príncipe Pío- y se construyó como ermita personal del Rey y su familia. Goya, como pintor de cámara, recibió el encargo de decorar la iglesia y lo que hizo fue darle un verdadero revolcón a la historia del Arte. Primero al plasmar junto a las representaciones religiosas a majos y chisperos como popularmente se conocía a las clases populares de Madrid, que miran como se produce el milagro del santo en la cúpula del edificio. Y segundo por el uso enérgico de las pinceladas y la luz que adelantan más de medio siglo el inicio del impresionismo y de las vanguardias del siglo XIX. Es un lugar de importancia capital en la pintura mundial y va apenas un puñado de personas al día. Y se puede visitar gratis (de martes a domingos). Aquí también reposan los restos del mismísimo Goya que fueron rescatados de su exilio en Burdeos y repatriados a España en 1899 desde Burdeos.

El pollo con sidra más famoso de España.- Otro clásico de esta parte de Madrid es hacerle una visita al popular Casa Mingo (Paseo de la Florida, 34; Tel: (+34) 91 547 79 18). Las especialidades de este restaurante popular que lleva abierto desde 1888 son el pollo asado acompañado de una riquísima sidra artesanal y el cocido. Según cuentan, el origen de esta sidrería tiene mucho que ver con los trabajadores que llegaron a Madrid desde Asturias para trabajar en las obras del ferrocarril. Es uno de los lugares más auténticos de la capital y un lugar ideal para comer a buen precio verdaderos manjares del norte de España.

Puente de los franceses, puente de los franceses.- El tramo de río que transcurre desde el Parque del Oeste hasta la Ciudad Universitaria jugó un papel muy importante durante la larga y angustiosa Defensa de Madrid, uno de los escenarios más sangrientos de la Guerra Civil española. El Puente de los Franceses no tiene nada de especial. Es una vieja pasarela ferroviaria de ladrillos rojos que se construyó a mediados del siglo XIX para dar salida al tren hacia el norte de la capital (muy cerca está la bonita estación de Príncipe Pío). Pero en torno a este puentecillo (que se llama así porque lo diseñaron ingenieros galos) se produjeron episodios más que notables de la cruenta batalla que ayudaron a construir, por ejemplo, el mito de las Brigadas Internacionales, ese cuerpo de voluntarios llegados desde todos los rincones del planeta para defender la República. El bonito Parque del Oeste, que por sí solo justifica el paseo, también guarda restos de la contienda en forma de búnkers y nidos de ametralladoras que nos hablan de la guerra española. En la Avenida de la Memoria se levanta el Arco de Moncloa, una puerta triunfal erigida en la década del 50 del pasado siglo para ‘celebrar’ la victoria franquista justo en el lugar dónde Madrid resistió con más bríos. A dos pasos de aquí está el Museo de América (Avenida Reyes Católicos, 6; Tel: (+34) 91 549 26 41; E-mail: museo.america@cultura.gob.es) uno de los grandes museos de la capital. Aquí vas a encontrar una gigantesca colección arqueológica, artística y etnográfica que gira en torno a la América precolombina y virreinal. Otro punto de interés de la zona es el Faro de Moncloa (Avenida de la Memoria, 2; Tel: (+34) 915 50 12 51) una enorme atalaya de más de 100 metros de altura que ofrece vistas alucinantes de la capital y la vecina Sierra de Guadarrama.

Fotos bajo Licencia CC: Tim Adams; manuel m. v.; La Citta Vita; Pedro L. Méndez; Ricardo Ricote Rodríguez

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