Claves para una visita al Parque Nacional de Doñana

Un lince 'posa' ante la cámara en Doñana. La recuperación de esta especie icónica es uno de los proyectos más importantes del Parque Nacional.

Viajar Ahora

0

LO PRIMERO, ¿CUÁNDO VAMOS? A Doñana se puede ir durante todo el año. El número de especies animales (mamíferos, reptiles, aves…) que viven durante todo el año en la zona es enorme y los paisajes son brutales en todas las estaciones (eso sí las temperaturas en verano son bastante altas). Pero uno de los puntos fuertes del parque es su condición de punto de paso o invernada de cientos de miles de aves acuáticas. En este sentido, hay dos momentos clave: desde poco antes del inicio de la primavera a poco antes del verano (principios de marzo-finales de mayo) se produce la nidificación y cría de las especies residentes y se ve muchísima actividad en torno a las zonas de nidificación. Y a mediados del otoño empiezan a llegar las primeras especies que usan el parque como lugar de descanso en su tránsito hacia África o como lugar de invernada. Los mejores meses para la observación de pájaros de toda ralea son desde mediados de septiembre a finales de noviembre (en septiembre también se produce otro de los reclamos del parque, la berrea de los ciervos –época de apareamiento-). Todos coinciden en que abril es de los mejores meses para ver Doñana pero, por ejemplo, en pleno mes de agosto los animales se concentran en los lugares en los que aún hay abundante agua y es la mejor época para ver los esquivos linces –muy difíciles de ver-. 

EL PARQUE DESDE EL ROCÍO.- La aldea de El Rocío es la puerta de entrada más tradicional al Parque Nacional de Doñana. Y lo es por varias razones: la primera, y más obvia, viene dada por su ubicación en la mitad de la carretera que conduce a Matalascañas desde Bollullos Par del Condado (la A-483 que enlaza aquí con la Autovía A-49 que conduce a Sevilla –a 56,4 kilómetros-). La segunda es que esta pequeña aldea de casas blancas se encuentra a orillas de una de las mejores zonas de marisma del parque –el Charco de la Boca-, que permite asomarse a la enorme riqueza faunística y paisajística del parque desde el mismo centro urbano. Y la tercera es ya de carácter simbólico. Más allá de la significación religiosa del lugar (es la meta de una de las romerías más famosas del sur de España y epicentro de la devoción de Virgen del Rocío), este pueblito, que ha crecido bastante en los últimos tiempos pese a mantener señas de identidad propias como sus calles de arena, tiene una relación muy estrecha con el parque que trasciende lo geográfico. 

Si te interesa el culto mariano o el arte sacro, no dejes de acercarte al Santuario de la Virgen del Rocío (Calle Ermita, sn; Tel: (+34) 959 44 24 25), el imponente edificio que custodia la imagen (otra obra de arte que según algunos expertos data del siglo XIII, cuando los cristianos volvieron a esta parte de la Península Ibérica); si te gustan los pueblos pintorescos callejea por las calles de arena y si lo único que te interesa es el propio Parque Nacional asómate al mirador de Las Marismas (a dos pasos de la plaza) y camina hasta el Centro Ornitológico Francisco Bernis (Sanlúcar, 48; Tel: (+34) 959 44 23 72), un pequeño espacio destinado a la divulgación y la observación de la avifauna que frecuenta el parque (como residentes permanentes o inquilinos de paso en las rutas migratorias entre África y Europa). Acercarse a las plataformas de observación es una gozada. En un rato puedes ver mil y un bichos y es un buen adelanto de lo que nos espera parque adentro.

La A-483 sale de El Rocío y cruza parte de la marisma para acercarte al Centro de Visitantes de La Rocina (A-483, Km 1; Tel: (+34) 959 439 569), el primero de los centros de divulgación del propio parque. Aquí la información está centrada en el entorno y la vecina El Rocío; pero lo mejor es adentrarse en el Sendero Autoguiado del Charco de La Boca dónde vas a tener la primera de las experiencias de ‘pleno parque’. Te vas a acercar al agua a través de pasarelas que te permitirán caminar entre los pinos, los arbustos y las plantas acuáticas. Es un lugar muy bonito. Y el premio es poder ver las aves acuáticas que desbordan el lugar durante cualquier época del año. ¿Merece la pena visitar el Palacio del Acebrón? Para nosotros sí. El Palacio del Acebrón (Tel: 600 144 625) se encuentra junto al cauce del Arroyo de La Rocina a escasos seis kilómetros por una pista asfaltada que parte del aparcamiento del centro de La Rocina. Este palacete del siglo XIX alberga hoy una exposición de carácter etnográfico sobre el parque y también da a acceso a un sendero que se interna en un impresionante bosque de galería que se extiende a ambos lados del arroyo y del pequeño Charco del Acebrón. El desvío no desmerece.

EL ENTORNO DE EL ACEBUCHE.- Para llegar al Acebuche debes tomar la carretera A-483 con dirección a Matalascañas y el posterior desvío que se encuentra a pocos kilómetros de la famosa playa onubense (kilómetro 38,7). Este es el lugar ideal para hacer una parada si sólo tienes un par de horas en el parque nacional. Por una parte, el Centro de Interpretación de El Acebuchal es el más completo del parque y también es el lugar dónde se encuentra el centro de recuperación y cría del Lince Ibérico, uno de los programas estrella de los parques nacionales españoles. Otro de los puntos fuertes de este punto del parque son sus dos senderos autoguiados. El de la Laguna del Acebuche tiene 1,5 kilómetros de longitud y permite ver, desde pasarelas y refugios camuflados, la vida que bulle en las marismas almonteñas. El otro camino al que se accede desde acá es el de las Lagunas del Huerto y Las Pajas (3,5 kilómetros) que incluye la visita a estas dos zonas inundables, en las que podrás ver la abundante avifauna que vive o visita el parque a lo largo de las diferentes estaciones del año, y un buen tramo de pinar y dunas, lo que te da una imagen real de los dos grandes ecosistemas del lugar. Este último sendero es más que recomendable. Una visita completa al Acebuche demora unas tres o cuatro horas y te permite irte con una idea bastante aproximada de lo que ofrece el parque.

El otro punto fuerte de El Acebuche es que de aquí salen las excursiones guiadas que recorren los puntos más recónditos del parque. Estas excursiones se realizan en vehículos 4x4 que se internan en Doñana a través de rutas que atraviesan la playa de Matalascañas, los complejos dunares y los bosques de pino y matorral antes de acercarse a las marismas. Estas excursiones permiten acercarse a lugares míticos del parque como el Cerro de Los Ánsares, un lugar especial dónde cada año pasan el invierno miles de aves que llegan desde el norte de Europa, o el Poblado de la Plancha, una antigua aldea de casas de madera y paja que permite ver cómo vivían los últimos habitantes del parque no hace mucho. Esta ruta dura unas cuatro horas y cuesta 30 euros por persona (15 euros los nenes de 4 a 8 años). Hay varias empresas autorizadas que ofrecen esta excursión. Conviene reservarlas con tiempo. Si tienes tiempo esta excursión es una de las mejores experiencias de naturaleza de toda España. Merece muchísimo la pena.

DOÑANA DESDE SANLÚCAR DE BARRAMEDA.- Si tienes tiempo no dejes de pasar por Sanlúcar de Barrameda, justo en la desembocadura del Río Guadalquivir. Desde aquí tienes varias opciones para pasar al parque, que se sitúa en la orilla contraria de la enorme boca. Una barcaza tradicional sigue uniendo el embarcadero de Sanlúcar con los arenales del extremo Sur del parque; la Playa de Malandar. Pero apenas podrás moverte un poco más allá de la costa hasta la Venta del Pinar ya que adentrarte en los pinares o los complejos dunares está prohibido. Otro plan que mola es embarcarse en el Real Fernando (Tel: (+33) 956 363 813 –imprescindible hacer reserva-) y hacer un viaje de varias millas por el cauce bajo del río con paradas en las Salinas de Bonanza -Monte Algaida- y el Poblado de la Plancha. También se organizan excursiones en 4x4 desde Sanlúcar.

Fotos bajo Licencia CC: Fernando; Jose A.; Ana Rey; Estefanía Torres; Carlos Ingala; Ángel M. Felicísimo

Etiquetas
stats