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Las Tablas de Daimiel y el Campo de Calatrava: una escapada entre patos, teatros del Siglo de Oro y castillos

Un ánade descansa en una de las pasarelas del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel. Pablo Sánchez

Viajar Ahora

El Guadiana y el Cigüela se encuentran en una zona llana y amplia que permite el desbordamiento de los cauces de los dos ríos en una gigantesca área de lagunas, islas y canales. La mancha verde contrasta, la mayor parte del año, con la modestia de los paisajes manchegos. Los cereales maduros, los viñedos y los campos agostados de finales de primavera y principios de verano enmarcan una franja de verdes oscuros y grandes espejos de agua en el que florece la vida. Las Tablas de Daimiel son uno de esos paraísos naturales que abundan en las tierras ibéricas. Parque Nacional desde 1973, esta importante reserva natural de más de 3.000 hectáreas de zonas inundadas e islas que crean un ecosistema único. Un lugar lleno de vida que es especialmente bonito en Primavera e inicios del verano, cuando los aportes de agua restablecen a medias el equilibrio perdido por las canalizaciones y las extracciones indiscriminadas de agua. Aún así, las Tablas siguen siendo uno de los más espectaculares parques nacionales de España . Un lugar que hay que visitar al menos una vez en la vida y si es con niños aún mejor.

Las Tablas se forman cuando se combinan el aporte de varias fuentes de agua con lugares con escasas pendientes. En el caso que nos ocupa, estamos ante uno de los mayores humedales del país y una verdadera concentración de biodiversidad acuática y terrestre que incluye hasta 250 especies de aves (hay que añadir las migratorias que usan el lugar como base de paso o residencia estacional en invierno), peces, anfibios y tortugas, nutrias, zorros, jabalíes, reptiles como la culebra de agua… El listado de fauna de Daimiel es enorme . La humedad y la salinidad de las aguas condicionan también a la flora; abundante y feraz por estos lados. La masiega, una especie herbácea vinculada a los humedales, domina aunque deja espacio a otros vecinos como tarayales (los únicos árboles del parque) o las ovas, plantas subacuáticas que tapizan los fondos y sirven de refugio y alimento a peces y aves.

El Centro de Interpretación (Carretera a las tablas, sn; Tel: (+34) 926 693 118; Horario: LD 9.00 – 21.00) del parque se encuentra justo a la entrada aunque hay otro pequeño museo en el pueblo de Daimiel (ver mapa). Desde ahí parten varios caminos (de entre 800 metros y 2,5 kilómetros) que recorren las diferentes islas y puntos de observación de fauna. El sendero de la Isla del Pan permite adentrarse en el complejo ecosistema de lagunas e islas del parque. Durante el recorrido hay numerosos balcones que nos acercan al agua. Desde ahí puede verse gran parte de los residentes permanentes y especies visitantes que utilizan el humedal como lugar de invernada o aprovisionamiento en sus rutas migratorias. La Torre de Prado Ancho es otro de los lugares de observación preferente con buenas vistas sobre el conjunto del espacio.

Un lugar cargado de historia

El Campo de Calatrava es uno de los más importantes puntos de conexión de las tierras meseteñas con el sur de la Península Ibérica. El paso natural de Despeñaperros está a apenas 128 kilómetros de Las Tablas. Y eso condicionó la relación de los hombres y mujeres con la comarca desde tiempos prehistóricos. A pocos kilómetros del parque, siguiendo el cauce del Río Guadiana, llegamos a la antigua ciudad de Calatrava; Calatrava la Vieja , la llaman. De la medina árabe apenas quedan rastros de lo que fueron los muros de las casas. De quel lejano siglo XI, cuando el lugar era un punto estratégico para el control del camino que discurría entre Toledo y Córdoba, sólo sigue medio en pie el antiguo castillo que le da el nombre: Qal'at Rabah –Fortaleza de Rabah-. Las sucesivas excavaciones no sólo han puesto de manifiesto la importancia que tuvo la ciudad entre los siglos VIII y XIII –la decadencia empezó tras la victoria cristiana en la batalla de Las Navas de Tolosa de 1212- sino que han sacado a la luz restos íberos. Calatrava la Vieja es uno de los complejos arqueológicos de época islámica más importantes de España . No es tan espectacular como La Alhambra o la Mezquita cordobesa, pero permite ver la evolución de los asentamientos musulmanes en España desde el siglo VIII al XIII. Una verdadera clase de historia que resume a la perfección lo que la comarca de Calatrava supuso en la historia de España.

El control del área fue uno de los episodios centrales de las guerras entre reinos cristianos y las diferentes entidades políticas musulmanas que gobernaron Al-Andalus. Tras la conquista cristiana de Toledo en 1085 el campo de lucha se trasladó al sur de la Meseta y el Campo de Calatrava fue es escenario de batallas cruciales durante los siglos siguientes que explican los avances y retrocesos de la expansión de los reinos cristianos . La victoria musulmana de Alarcos (1195) frenó por más de una década el avance hacia el sur y volvió a llevar la frontera a las inmediaciones de Toledo. Pero los almohades no pudieron ir más allá y los ejércitos del norte volvieron apenas tres lustros después para asestar un golpe mortal en Las Navas de Tolosa, ya en territorio andaluz. Y de aquellos dos siglos convulsos quedaron en pie multitud de fortalezas, pequeñas torres e imponentes castillos que dan fe del papel de frontera de la comarca.

El Castillo de Calatrava la Nueva (Acceso por CR-504; Tel: (+34) 926 693 119) fue la sede de la Orden de Calatrava desde el siglo XIII hasta el XIX. Esta orden militar y religiosa fue la encargada de mantener el control cristiano de la zona tras la victoria en Las Navas. El castillo es una de las construcciones militares medievales más impresionantes de España. Un inmenso complejo de murallas, torres, patios y dependencias que, como cabeza de la orden, también disponía de una iglesia monumental (de estilo gótico). Esta fortaleza se construyó –sobre una fortificación anterior- enfrentado al Castillo de Salvatierra (acceso a pie) para controlar uno de los escasos pasos naturales que permitían cruzar Sierra Morena y acceder al Valle del Guadalquivir. Hay otras fortalezas y castillos en la comarca: como el Castillo de Doña Berenguela, en Bolaños de Calatrava.

Una pequeña guía de Almagro

La ciudad de Almagro actuó oficiosamente como capital de la comarca desde la instalación de la Orden de Calatrava. Pero hasta el siglo XV, cuando llegan familias importantes atraídas por las riquezas mineras de la zona, el pueblo no era más que un par de casas junto al Palacio Maestral (Gran Maestre, 2), precioso edificio mudéjar del siglo XIII que fue antigua cabecera de la orden y hoy sede del Museo Nacional del Teatro. En ese momento, Almagro dejó de ser un pequeño asentamiento y empezó a convertirse en ciudad de importancia en la comarca. La llegada de las grandes familias transformó la trama urbana que se llenó de palacios nobiliarios: como la Casa de los Condes de Valparaíso (Bernardas, 2), el Palacio de los Marqueses de Torremegía (Plaza de Santo Domingo, 1) o el Almacén de los Fúcares –Fugger-(San Francisco, 3).

La Iglesia también jugó un papel importante en esta revolución urbana. Los edificios religiosos más notables de la ciudad son el Convento de la Asunción (Calle Ejido de Calatrava, 1) de estilo renacentista y que presume de tener uno de los claustros más bonitos de toda la Mancha y el Convento de San Francisco, un edificio soberbio que hoy ocupa el Parador de Turismo de la ciudad. Pero el epicentro patrimonial de la ciudad es su Plaza Mayor, una de las más bonitas de España. Muy cerca se encuentra el famoso Corral de Comedias (Plaza Mayor, 18), el único teatro del siglo XVII que aún sigue en su estado original en el mundo y que es uno de los escenarios habituales del prestigioso Festival de Teatro Clásico de la localidad. Las calles de Almagro guardan otras sorpresas. La ciudad es un verdadero museo vivo de los siglos XVI y XVII, lo que la convierte en un lugar ideal para hacer base si quieres explorar en profundidad la comarca.

OTRAS VISITAS EN LA ZONA

Yacimiento Arqueológico Motilla de Azuer (Acceso por N-430 desde Daimiel).- Uno de los lugares más fascinantes y extraños de la arqueología española. Data de la Edad del Bronce y se cree que es una especie de granero-pozo fortificado que servía para almacenar alimentos, estabular ganado y proteger a la población del lugar en caso de ataques. En las inmediaciones de esta curiosa estructura que se asemeja a un castillo se han localizado varios enterramientos y los restos de varias viviendas.

Yacimiento Arqueológico de Otero y Zuqueca (Acceso por CR 5225 desde Granátula de Calatrava).- La Ermita de Otero y Zuqueca es sólo la última de las construcciones que se han localizado en el lugar. Hay restos íberos, romanos, visigóticos y medievales entre los que destacan unos baños árabes. Todo hace indicar que en esta orilla del Jabalón había una pequeña ciudad olvidada que los arqueólogos sólo han empezado a descubrir. Estiman que la superficie total del yacimiento puede superar las 25 hectáreas (como 50 campos de fútbol). Muy cerca de este yacimiento se encuentra el Cerro de La Encantada, con importantes restos de la Edad del Bronce

Complejo Volcánico de Cerro Gordo (Acceso por CM 413 desde Almagro; Tel: (+34) 926 868 003; Ver Horario).- En el lugar funciona una cantera de áridos que ha aprovechado el hueco excavado para ofrecer un pequeño recorrido por el ‘interior’ de uno de los pequeños volcanes que se reparten por toda la comarca.

COMER EN LA ZONA

El Gordo (Plaza Mayor, 12 –Almagro-; Tel: (+34) 653 988 162). Cocina tradicional de la zona. Rica, contundente y abundante. Ideal para tapear. Muy buena relación calidad precio.

La Tabernilla de Almagro (Ronda de Santo Domingo, 56 –Almagro-; Tel: (+34) 687 085 446; E-mail: evillaverdech@yahoo.es).- Cocina tradicional con un toquecillo diferente. Hay platos para vegetarianos y opciones sin gluten para celiacos. Muy buena relación calidad precio. Ofrecen un magnífico menú degustación de platos típicos de la zona. Pisto espectacular, migas sobresalientes y torreznos con berenjenas de Almagro sublimes.

Bar Ayala (Gregorio Molinero, 1 –Daimiel-; Tel: (+34) 629 288 987). Fuimos por los caracoles y la verdad es que nos gustaron. Carta de raciones y tapas con protagonismo de la sabrosa gastronomía local. Carrilleras de ternera de escándalo y croquetas que quitan el hipo.

Fotos bajo Licencia CC: Elvira Nimmee ; Juan Carlos Arévalo ; santiago lopez-pastor ; David Jones ; Carlos cuerda ; Roberto ; josemaria ;

Miguel Ángel Masegosa; Pablo Sánchez ; Julen Iturbe-Ormaetxe; zubitarrazubitarra

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