Guía de urgencia para pasar 48 horas en Estambul

Pescadores en el Puente de Gálata, uno de los lugares emblema de la ciudad de Estambul. VIAJAR AHORA

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Estambul es una urbe con gusto por la desmesura. Lo decimos con conocimiento de causa ya que la conocemos bien. Hemos tenido la enorme surte de visitarla varias veces y una de ellas por tres semanas largas de paseos y visitas que nos permitió, por ejemplo, ver entrar la luz en Santa Sofía desde los diversos ángulos que provoca el paso del tiempo, o trabar amistad con algunos vendedores de mazorcas de maíz y helados que pululan por los rincones más bonitos del barrio de Sultan Ahmet. Por eso nos atrevemos a decir que es imposible conocer la ciudad en apenas dos días de visita apresurada: aunque uno se puede volver a casa (o internarse en las bellezas de la Península de Anatolia) con una idea aproximada de lo que ofrece esta ciudad única a medio camino entre el oriente y el occidente.

Obvia decir que en dos días de paseo veloz uno no podrá permitirse varios lujos (visitar algunos museos imprescindibles como el Arqueológico o perder un par de horas jugando al backgammon con los viejitos en el Puente de Gálata mientras se acumulan los graciosos vasos de té de manzana) pero si no se tienen más que dos días, hay que priorizar y ver mucho desde fuera. Pero se puede. Te ofrecemos esta pequeña guía de urgencia con dos recorridos que combinan paseos a pie y algunos tramos en transporte público. Y, al final, un par de lugares extra por si las moscas. Si tienes sólo dos días completos, creemos que hacer el crucero del Bósforo no merece la pena (sólo lo aconsejaríamos si tienes un tercer día entero ya que demanda un mínimo de seis horas).

DÍA 1: DESDE EL HIPÓDROMO A LA PLAZA DE TASKIM .- Iniciamos la ruta bien temprano en el Hipódromo (Estación Çemberlitas del tranvía) –tipo ocho de la mañana-. Este lugar oficia de puerta de entrada del distrito de Sultanhamet, el lugar que atesora la mayor parte de los grandes monumentos de la antigua capital de los imperios bizantino y otomano. Esta enorme plaza pública no es otra cosa que la antigua pista del circo romano de la vieja Bizancio (el espacio dónde corrían los caballos). De la antigua espina (el muro que dividía la pista) se conservan algunos restos como la Columna de Teodosio, el imponente Obelisco de Tutmosis III y la Columna Serpentina, antigua escultura conmemorativa (recordaba la victoria de los griegos ante los persas en Platea) que fue retirada del Templo de Apolo de Delfos. Pasamos junto a la Fuente Alemana y cruzamos la calle para echar un vistazo somero a la imponente Mezquita Azul pasando por su imponente patio porticado.

Seguimos por el Parque de Sultan Ahmet y nos plantamos ante el primero de los grandes hitos de la ciudad. Santa Sofía (Plaza de Santa Sofía; Tel: (+90) 212 522 17 50) es el monumento en mayúsculas de la ciudad; uno de los que hay que ver sí o sí. La antigua basílica bizantina, que fue reconvertida en mezquita tras la conquista musulmana de Constantinopla (1453), es una de las obras cumbre de la arquitectura mundial. Abre a las nueve de la mañana y conviene llegar temprano, cuando la luz entra a raudales por las vidrieras y aligera el peso de la cúpula más famosa de todos los tiempos. Puedes hacer la visita, sin perderte lo más importante, en unas dos horas. Prescinde de las tumbas (turbe) reales que se encuentran junto a la fachada y sigue por la calle Kabasakal Cadessi hasta la imponente Fuente de Ahmet III, el surtidor de agua monumental más espectacular de toda la ciudad.

Tipo 11.30 tienes que estar pasando por las puertas del Palacio de Topkapi (Babihumayun Caddesi (trasera de Santa Sofía); Tel: (+90) 212 512 04 80), la otra gran maravilla de la Punta del Serrallo. Este gigantesco complejo palaciego sirvió de residencia a los sultanes otomanos durante cinco siglos. Cada cual puso algo de sí y fue añadiendo y quitando creando un auténtico laberinto de estancias, corredores, patios y salas que forman un todo gigantesco. En Topkapi uno puede pasar un día entero. Nosotros te recomendamos detenerte en tres lugares: el Diván (dónde se celebraban las deliberaciones del sultán y sus ministros –visires-); el Quiosco de Bagdag (un pequeño palacete que servía para hacer fiestas) y el Harem (dependencias privadas del sultán y su familia). El palacio está cuajado de salas, exposiciones y museos. Como de decíamos antes, aquí uno se puede pasar un día entero viendo cosas, pero en tres o cuatro horas puedes salir del complejo habiendo visto lo más interesante.

La parada para comer la puedes hacer cerca de Santa Sofía; hay varios restaurantes recomendables. Desde aquí toma el tranvía número 1 en dirección a Kabatas (paradas de Sultanahmet o Gülhane hasta Eminonu) o un taxi y cruza el famoso Puente de Galata sobre el famoso Cuerno de Oro. La primera parada de la tarde la puedes hacer en la Torre de Gálata (Gálata Kulesi Meydani, sn; Tel: (+90) 212 293 81 80), otro de los símbolos históricos de la ciudad. Esta enorme atalaya circular fue construida por genoveses y venecianos en el siglo XIV como símbolo de ‘autonomía’ comercial frente al emperador. Desde lo alto se disfruta de una vista brutal sobre el Cuerno de Oro y los perfiles de la vecina Sultanhamet. Subir hasta aquí es otro de los imprescindibles.

Termina la tarde paseando por la Calle Istlikal, símbolo de la nueva Estambul que surgió a principios del siglo XX; una Estambul de casonas art nouveau, comercios a la europea y grandes iconos de la Belle Epoque como el Pera Hotel, el lugar dónde descansaban los pasajeros del mítico Orient Express. Istiklal es el gran mentidero de la ciudad; un lugar para ir y venir y mirar. Esta calle culmina en la Plaza de Taskim, un lugar paradigmático de la metrópoli estambulí.

FUERA DE RUTA : Si terminas temprano la ruta te proponemos un plan de última hora que te va a encantar. Una de las experiencias estambulíes más auténticas es visitar alguno de sus baños históricos. Çemberlitas hammami Çemberlitas hammami (Vezirhan Cd, 8; Tel: (+90) 212 522 79 74) es uno de esos baños históricos que llevan abiertos desde mediados del siglo XVI. Están abiertos hasta las 22.00 horas y es una magnífica opción para relajarse antes de ir a cenar. Sólo por poder ver por dentro esta joya histórica, merece la pena

DIA 2: El Gran Bazar, Eminonu y el Palacio de Domalbahçe : Una de las señas de identidad de Estambul desde sus primeros tiempos es su condición de nexo y puerta de entrada a las tierras del medio y lejano oriente. Hasta la toma de la ciudad por parte de los turcos, era el punto de salida y llegada de las caravanas europeas que hacían la mítica Ruta de la Seda. Los grandes mercados de la ciudad aún conservan ese espíritu de miles de años de comercio entre Occidente y Oriente, pese a que las tiendas de recuerdos turísticos ganan peso. La ruta propuesta para esta jornada recorre dos de los mercados históricos más importantes del mundo y termina en un fastuoso palacio. Aprovecharemos la travesía para visitar viejas mezquitas y las callejuelas del barrio de Eminonu, uno de los más populosos y comerciales de la ciudad vieja.

Empezamos el paseo junto al Acueducto de Valente (Boulevard Ataturk), uno de los pocos restos de la Bizancio romana que aún quedan en pie. Desde aquí rodeamos los muros de la Mezquita Sehzade y llegamos a una sucesión de tramos de avenida (el nombre cambia cada poco) hasta una monumental plaza pública flanqueada por las puertas de laUniversidad de Estambul y la coqueta Mezquita de Beyacid. Ya estamos a apenas un centenar de metros de la puerta del Gran Bazar, un auténtico laberinto de galerías cubiertas abierto en 1461 que alberga unas 1.700 tiendas. Como decíamos antes, los locales de recuerdos turísticos y artesanías para turistas se han hecho con una gran porción del inmenso mercado, pero aún quedan anticuarios, orfebres, vendedores de especias, tiendas de muebles tradicionales, lugares donde admirar las imponentes alfombras de la Capadocia, puestos de viejos libreros y tiendas de la más fina seda oriental. Aunque no te guste comprar, tienes que recorrer este verdadero caleidoscopio de colores y ruido. Es un lugar único.

Para amantes de la arquitectura queda la Gran Mezquita de Soleimán (Mimar Sinan Caddesi). La puedes incluir en el paseo sin rumbo por el barrio de Eminonu mientras bajamos hacia la costa del Cuerno de Oro. Este imponente edificio es la obra cumbre del célebre arquitecto Mimar Sinan, el hombre que se encargó de islamizar la ciudad en el siglo XVI - y de cientos de proyectos a lo largo de todo el imperio otomano (se le atribuyen unos 500 edificios. Dirígete a los embarcaderos desde dónde parten los famosos barcos que van y vienen de un lado a otro conectando los diferentes barrios de la ciudad. Toma el que va a Betsikas.

El Palacio de Domalbahçe (Dolmabahçe Cd, sn) es mucho más que un inmenso complejo palaciego: es un símbolo. A mediados del siglo XIX, el sultán Rüstem Paşa decidió construir una residencia imperial de estilo europeo (una especie de neobarroco exagerado) y abandonar Topkapi como símbolo de la modernización del país. El palacio es desmesurado: una muestra apabullante del gusto oriental por las decoraciones recargadas, los dorados (con oro de verdad en este caso), el cristal más fino y la ostentación. El palacio cierra a las 15.00 horas. Dos horas y media son suficientes para visitar sus salas. Vuelve al embarcadero y toma el barco que sigue hasta el barrio de Ortakoi. Aquí puedes comer en alguna terraza con vistas a la famosa Mezquita barroca del mismo nombre. La foto de los elegantes minaretes bajo el puente colgante que une las orillas asiática y europea de la ciudad.

Hacemos el recorrido inverso en barco hasta Eminonu (apenas 10 minutos) para visitar el Bazar de las Especias o Mercado Egipcio (Rüstem Paşa), un lugar íntimamente ligado a la Ruta de la Seda ya que desde aquí se distribuían por todo el Mediterráneo las especias que llegaban desde el lejano oriente –se llama así porque los barcos llegaban desde Egipto en su último tramo de viaje-. Muy cerca del mercado se encuentra la Mezquita Camii; pasa por su animado patio de las abluciones y decide en que vas a gastar tus últimas horas en Estambul. Te ofrecemos dos opciones (estrellas naranjas en el mapa): cruzar hasta la orilla asiática para dar un breve paseo por el barrio de Uskudar o tomar un taxi y andarse hasta el Café de Pierre Loti y tomarse algo en la terraza (con unas visas brutales sobre el Cuerno de Oro). Desde aquí puedes bajar hasta la Mezquita de Eyup en un teleférico que sobrevuela un imponente cementerio que ocupa toda la ladera. Si nos das a elegir a nosotros te recomendamos la segunda opción.

FUERA DE RUTA : A nosotros Domalbahçe no nos gustó; nos pareció un pastiche desmesurado, pero para gustos los colores. Por eso te incluimos esta opción que puedes incluir a primera hora de la mañana si obvias el palacio –pero no dejes de ir hasta Ortakoy-. San Salvador en Chora (Kariye Camii Caddesi, 26; Tel: (+90) 212 631 9241 –estrella amarilla en el mapa-) es una vieja iglesia bizantina del siglo XI que cuenta con los mejores mosaicos bizantinos de la ciudad (y muchos dicen que de todo el mundo). Queda muy a trasmano (muy cerca del imponente cinturón de murallas bizantinas que defendían la ciudad), pero si eres un amante del arte en mayúscula puedes empezar la jornada por ahí; eso sí, se impone ida y vuelta en taxi. Ya que estás aquí échale un vistazo a las murallas antes de ir hacia el Acueducto de Valente o, de manera directa, al Gran Bazar.

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