Bath: una escapada con historia para salir de Londres

El Puente Pulteney sobre el Río Avon. Una de las muchas postales de Bath.

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Bath es una auténtica sorpresa a poco más de dos horas en coche desde el centro de Londres. Situada muy cerca de la preciosa comarca de los Cotswolds esta vieja ciudad a orillas del Río Avon se convirtió en uno de los centros de salud más importantes de las Islas Británicas desde tiempos de los romanos. Aquí encontraron un manantial de aguas termales de inmenso valor al que llamaron Aquae Sulis en honor de la diosa celta Sulis –equivalente a la Minerva romana- que tenía aquí un pequeño templo anterior a la llegada de las legiones a las islas. El lugar siguió teniendo un carácter sagrado y, a la vez, sanitario. Roma construyó alrededor del manantial un enorme complejo de termas y templos que hoy aún nos asombran por su tamaño y su excepcional estado de conservación. Es tal la importancia de estas termas, que tras la caída de Roma, el lugar perdió su nombre latino (Aguas de la diosa Sulis) por el obvio Baño, que es lo que significa Bath.

Los Baños Romanos (Abbey Churchyard, sn; Tel: (+44) 1225 477785) son el reclamo más importante de la ciudad. El enorme complejo de baños y templos se recuperaron en el siglo XII gracias a la intervención del obispo de Bath, que se empeñó en reconstruirlos para su uso personal. Hoy es el ejemplo mejor conservado de este tipo de infraestructuras a lo largo y ancho del ‘orbe’ romano aunque todo lo que puedes ver por encima del nivel del suelo y algunas bases de muros y columnas es una ‘reinterpretación’ neoclásica de los siglos XVIII y XIX. Pero aún así, las grandes piletas (caldarium –agua caliente-, templarium –agua templada- y frigidarium –agua fría-) son de origen romano y bajo el nivel del suelo pueden verse las calderas, las canalizaciones, viejos mosaicos y hasta los restos de los antiguos vestuarios.

La recuperación de los baños como centro ‘turístico’ se produjo a finales del siglo XVIII. Poco antes, un científico llamado ​ Thomas Guidott escribió sobre las propiedades curativas de las antiguas aguas de la diosa Sulis y empezaron a llegar los primeros nobles y terratenientes a darse baños curativos. Fue el inicio de una segunda edad de oro. La ciudad se llenó de grandes edificios georgianos y neoclásicos y se ‘reconstruyeron’ las termas. Lo que podemos ver hoy es el resultado de aquellos años de intensa explotación comercial. Afortunadamente, los restos originales se respetaron y hasta se construyó un pequeño museo con una interesante colección de objetos romanos, incluidas las más de 13.000 ofrendas que los devotos arrojaron al pozo de Sulis en señal de respeto. Una gozada.

Pero hay mucho más. El Río Avon abraza buena parte del casco histórico de Bath formando una especie de u que encierra la mayoría de los grandes edificios de la ciudad. Desde el punto de vista histórico, el segundo de los iconos de Bath por antigüedad es la Abadía de San Pedro (Abbey churchyard, sn; Tel: (+44) 1225 422 462; E-mail: office@bathabbey.org), un imponente edificio gótico de los siglos XII y XV que no tiene nada que envidiar a las grandes catedrales de Europa. Algo así como una isla, como pasa con los propios baños, porque la ciudad que podemos ver ahora fue el resultado de una verdadera fiebre urbanística que se produjo en el XVIII como consecuencia del ‘redescubrimiento’ de las aguas. La célebre escritora Jane Austen vivió aquí durante parte de su infancia y juventud y en sus novelas, aparte de varias citas sobre la ciudad, puede verse esa sociedad de terratenientes y nobles en las que las rentas anuales en libras son el eje de las relaciones, las conversaciones y las envidias. El Jean Austen Centre (Gay Street, 40; Tel: (+44) 1225 443 000) explora la obra y la relación de la inmortal autora de Orgullo y Prejuicio con la ciudad –y tiene un precioso salón de té-; pero la propia Bath es un reflejo de esa Inglaterra de las novelas de Austen.

El centro de Bath es uno de los mejores ejemplos del urbanismo y arquitectura de la Época Georgiana. Líneas clásicas que, afortunadamente, combinan bien con los propios baños y que se esparcen por toda la ciudad creando un conjunto muy homogéneo en el que sólo ‘desentona’ –ya para bien- la Abadía de San Pedro. En este periodo comprendido desde mediados del XVIII y primer tercio del XIX, se abandona la nostalgia medievalista y se vuelve al clasicismo. El Royal Crescent y The Circus son obras maestras del georgiano y están considerados como ejemplos paradigmáticos de este estilo arquitectónico en todo el país. El boom económico que supuso el auge de las aguas provocó un crecimiento poblacional exponencial. Estos dos barrios de casas adosadas y aspecto monumental fueron soluciones que se adoptarían con posterioridad en todo el mundo: el adosado moderno nació en Bath.

Otras obras notables son el Puente Pulteney (con sus casas adosadas) o el Teatro Real (Saw Cl, sn), uno de los más bonitos del país. Edificios que se construyeron para dar un toque de elegancia y sofisticación a la ciudad acorde con la alcurnia y gustos de una clientela muy exclusiva. Como la Victoria Gallery (Bridge Street; Tel: (+44) 1225 477 233) que tiene una modesta colección de obras de arte de entre las que destacan algunos de los grandes paisajistas británicos. Una buena manera de despedirse de Bath, si vas a pasar aquí sólo una jornada, es el Parade Gardens, un pequeño jardincillo a orillas del Avon y a dos pasos de la Estación de tren.

 COMO LLEGAR.- La ciudad de Bath se encuentra a 196 kilómetros del centro de Londres. Si vas en coche, la mejor opción (y la más rápida) es tomar la M4 (Autovía) hasta Tormarton y, desde ahí, la A46 (vía rápida de doble sentido) hasta nuestro destino. La mejor opción en transporte público es el tren, que demora poco más de 90 minutos en cubrir la distancia entre las dos ciudades. Las estaciones londinenses de salida son Paddington y Waterloo. El servicio está cubierto por la Great Western Railway y el billete ida y vuelta ronda los 75 euros. La empresa de autobuses National Express conecta Bath con la estación Victoria Coach Station con cuatro frecuyencias al día. El viaje demora poco más de tres horas y el precio ronda los 9 euros por trayecto. Hay excursiones de un día que salen desde Londres y que suelen incluir a la cercana Stonehenge y otros destinos por unos 60 euros.

OTROS MUSEOS Y LUGARES DE INTERÉS EN BATH.- En el texto ya te hemos dado las claves para visitar la ciudad en una jornada (si haces una excursión de ida y vuelta desde Londres). Pero si tienes la oportunidad de quedarte aquí una noche puedes incluir algunos otros lugares para ver. Si algo sorprende de Bath es la concentración de lugares de interés en tan poco espacio. Un lugar interesante es el Fashion Museum y Assembly Rooms (Bennett Street; Tel: (+44 ) 1225 477 789) que más allá de sus colecciones que abarcan más de 400 años de historia de a vestimenta y el calzado te permite ver por dentro una casa victoriana y una espectacular sala de reuniones del siglo XVIII. El Museum of Bath at Work (Julian Road; Tel: (+44) 1225 318 348) ocupa una antigua cancha de tenis y hace un recorrido por la historia de la ciudad a través de los oficios de sus habitantes en los últimos 2.000 años. Si te quedaste con ganas de saber algo más sobre el precioso urbanismo de la ciudad puedes visitar el Museum of Bath Architecture (Huntingdon’s Chapel - The Paragon-; Tel: (+44) 1225 333895). Otro lugar bonito es el Alexandra Park (Acceso por Shakespeare Avenue), una atalaya arbolada situada al sur del Avon desde dónde puedes ver una buena panorámica de todo el casco histórico.

Fotos bajo Licencia CC: Pedro Szekely; Aires Almeida; Neil Thompson; Randy Robertson; bvi4092; Angel Ganev

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