Bruselas en dos días: La Grand Place, la ciudad histórica y el barrio europeo

Casas gremiales en la Grand Place.

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La capital de Europa tiene un poco de mala prensa. Se la tacha de ciudad anodina y aburrida. Algo así como un mal menor para todos los que se internan en las maravillosas ciudades de la propia Bélgica (Malinas, Brujas, Gante) o de su vecina Países Bajos y que tienen que llegar o partir desde aquí en el avión. Bruselas no es Ámsterdam. Eso está claro. Pero no es, ni mucho menos, un lugar carente de interés más allá de la Grand Place o el simpático y emblemático Manneken Pis. La capital belga es una ciudad donde puedes encontrar parte de ese pasado glorioso que es común a la gran mayoría de ciudades de la región y, a la vez, el vibrante pulso de la modernidad gracias a su condición de capital de la Unión Europea.

Aquí puedes encontrar una de las mejores muestras de gótico civil europeo y, a pocas cuadras, edificios de vanguardia impresionantes. Viejos símbolos como el Atomium y toda la pompa de la burocracia europea que se muestra en edificios como la sede del Parlamento. Y en medio un casco histórico en el que hay muchísimo que ver, lugares dónde se come muy bien y otros dónde se bebe aún mejor. La ciudad es grande, pero lo más importante puede verse en un fin de semana. Si llegas el viernes por la noche puedes iniciar la visita en el entorno de la Grand Place, visitar al Manneken Pis y aprovechar para cenar en nuestro restaurante favorito del casco histórico: el Chez Leon (Rue des Bouchers, 18). Te ofrecemos dos rutas para planificar un fin de semana completo en Bruselas. No vas a ver todo lo que hay –habrá que obviar muchísimos museos y otras atracciones- pero sí lo suficiente como para volver a casa satisfecha o satisfecho… ¡Eso sí, no habrá descanso!

De la Grand Place al Parque de Bruselas.- Tempranito hasta la Grand Place. Esta plaza monumental ejerce de centro histórico y administrativo de Bruselas: un impresionante mosaico de grandes piezas de la trama urbana de la ciudad y, también, de la historia y la cultura del país. Reina sobre todas las cosas el edificio del Ayuntamiento –Hotel de la Ville- (Grand Place, 1) que para muchos es el mejor ejemplo del gótico civil de todo el continente. Pero aquí hay mucho que ver: la impresionante colección de arquitectura de las Casas Gremiales (que conforman buena parte de la Grand Place); la Iglesia de San Nicolás (Rue de Tabora), la sede de la Bolsa de Bélgica (Place de la Bourse) –hay que ver el recibidor de entrada porque es bellísimo-, las Galerías Reales de Saint Hubert (Rue du Marché Aux Herbes, 94) y acercarse a ver el archifamoso Manneken Pis (Rue de l'Etuve). Aprovecha el paseo para ver lo poco que queda del antiguo casco histórico de la ciudad en calles como L’Etuve, Montagne, Des Bouchers, Brasseurs…

¿Museos de la Grand Place? Hay dos. El más divertido es el Museo de la Cerveza (Grand Place, 10), instalado en una de las preciosas casas gremiales. El otro es el Museo de la Ciudad (Grote Markt –Grand Place-) que tiene su sede en la antigua residencia de los reyes de Borgoña en la ciudad durante la Edad Media.

Merendar en la Grand Place.- Los mejores gofres de la ciudad se sirven en Aux Gaufres de Bruxelles (Rue du Marché Aux Herbes, 113).

Una tienda que nos encanta.- En la Maison de la Bande Dessine (l'imperatrice, Keizerinlaan, 1) puedes encontrar casi de todo relacionado con el comic belga, uno de los más importantes y prolíficos del mundo. En este país nacieron personajes indispensables de esta mezcla de literatura y arte como Tintin, Los Pitufos, Spirou y Fantasio, Lucky Luke… Si eres un amante de este arte aquí puedes comprar de todo.

Como te decíamos, el casco medieval de Bruselas se limita a las inmediaciones de la Grand Place. Por eso nos encontramos con algunos grandes monumentos anteriores al siglo XIX aislados entre construcciones más modernas. Los ejemplos paradigmáticos son las dos grandes iglesias medievales que pueden verse en la capital: la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula (Place Sainte-Gudule) y la fantástica Notre Dame du Sablon (Rue du Marché Aux Herbes, 113). Estas dos iglesias son brutales pero el entorno de Notre Dame de Sablon es más bonito. Aquí tienes un pequeño reducto de casco histórico que sobrevivió a los agresivos ensanches que sufrió la ciudad tras la Revolución Belga de 1830. Aquí no dejes de ver el Petit Sablon, un parque pequeño muy bonito de ver. Tampoco pierdas la ocasión de acercarte hasta el Palacio de Justicia (Place Poelaert, 1) uno de los edificios más impresionantes de la ciudad.

El entorno del Palacio Real.- El punto y aparte de este paseo es el Parque de Bruselas. El punto culminante de este lugar es el Palacio Real (Rue Brederode, 16) un soberbio complejo palaciego de estilo francés que alberga una gran cantidad de obras de arte. Dos museos muy diferentes.- Justo al lado del Palacio Real está el Museo Magritte (Place Royal, 1), un palacete que pertenece al Museo de Bellas Artes de Bruselas en el que se custodia buena parte de la obra de René Magritte, uno de los padres del movimiento surrealista. De un cariz muy distinto es el Museo del Erotismo y la Mitología (Rue Sainte-Anne, 32) que cuenta con una de las colecciones de arte erótico más grande del mundo.

Un paseo al atardecer por el barrio europeo.- Bruselas está muy orgullosa de su papel como cabeza política y legislativa del Viejo Continente. El Futuro es Europa. El lema puede verse en murales, carteles, merchandising… La Plaza de Luxemburgo es el punto de partida habitual de un paseo por la ‘capital’ europea. Aquí se encuentran dos de los grandes símbolos de la integración continental. La Estación de Europa (Gare Europa) es un símbolo de este proceso de integración: el exterior es un precioso edificio de estilo clasicista que esconde un subsuelo ultramoderno. No es casualidad que justo en frente de esta estación (que conecta la ciudad con el resto del territorio comunitario) se encuentre el Parlamento Europeo (Rue Wiertz, 60). Hay visitas guiadas por el día, pero si vas un fin de semana ver esta zona de Bruselas por la noche es una pasada (anda a ver los fragmentos del Muro de Berlín que hay junto a la sede parlamentaria -Rue Wiertz, 60-). El otro gran centro de las instituciones de la Unión es el Edificio Europa (Rue de la Loi, 165) que es la sede del Consejo y la Comisión. El contenido simbólico de esta construcción es brutal: por un lado conserva parte de un viejo edificio de oficinas y la parte nueva tiene una fachada donde puedes ver miles de marcos de madera de ventanas antiguos procedentes de todos los países de la Unión que han sido reciclados. Justo al lado de esta joya arquitectónica (verla de noche es una pasada) está el Edificio Berlaymont (Rue de la Loi, 200), otro de los iconos arquitectónicos de la capital belga.

Desde aquí puedes dar un paseo por el Parque del Cincuentenario (acceso por Rue de la Loi), un espacio monumental de principios del siglo XX que se construyó para conmemorar el primer medio siglo de existencia del país como entidad independiente. Este arco del triunfo es muy bonito de ver de día pero aún más de noche. En este parque público hay varios museos y centros culturales. El más interesante es el Museo del Cincuentenario (Parc du Cinquantenaire, 10) que actúa como museo de historia del país con un recorrido que trasciende a la propia Bélgica con interesantes colecciones históricas y arqueológicas (no es mala idea para visitar si estas más de dos días). No es mala idea volver al entorno de la Plaza de Luxemburgo por Rue Cornet para atravesar el Parque Leopoldo. Al igual que sucede con el Parc du Cinquantenaire aquí hay varios edificios históricos de interés que se han convertido en museos. El más interesante es el Museo de Historia Europea (Rue Belliard, 135) que propone una inmersión en el proceso de integración con un discurso muy atractivo –una buena opción para un tercer día en la ciudad-.

Fotos bajo Licencia CC: hermenpaca; Roberto Cacho Toca; David Spender; Nigel Swales; Denis Jacquerye; Radek Kucharski; European Parliament; Francisco Antunes

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