Qué ver en Aalborg: la capital marítima del norte de Dinamarca

Casas multicolores en erl casco histórico de Aalborg.

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Dinamarca es mucho más que Copenhague. El país puede parecer monótono, pero la Península de Jutlandia y los cientos de islas que adornan las costas y fiordos del país dan para mucho. El interior del país es una planicie inmensa en el que se suceden las tierras de cultivo y los pequeños pueblos y ciudades. Pero hacia el norte, el agua entra de manera masiva en las tierras del interior creando uno de los paisajes más bonitos del norte de Europa. Y aquí se acumulan los lugares que ver. Aalborg es una de esas sorpresas. Lo primero por su situación: en el canal de entrada del Limfjord. Este paso natural permite aún la conexión entre el Mar Báltico y el Mar del Norte sin la necesidad de atravesar el Estrecho de Kattegat (Aalborg significa ciudad sobre la corriente). Así que ya podrán imaginar el papel que jugó el lugar durante los siglos de esplendor vikingo. Aquí se instaló uno de los puestos de comercio más prósperos de toda Escandinavia y, también, uno de los astilleros más famosos de aquellos tiempos. Y ahí tenemos la primera de las claves que recomiendan darse una vuelta por estas latitudes. Poder descubrir ese pasado y ver de qué manera entronca con el presente.

El Lindholm Hoje (Vendilavej, 11; Tel: (+45) 9931 7440) es el cementerio vikingo más grande del país. Aquí se han encontrado unas 700 tumbas que abarcan un periodo de tiempo de 600 años que coincide con el periodo de máxima expansión de la cultura nórdica. En el museo aparejado al yacimiento uno puede rastrear las claves de aquella sociedad a través de los restos que se han encontrado en el lugar. No es el único rastro de los temibles hombres y mujeres del norte en los alrededores. La comarca está salpicada de pequeños sitios históricos de aquellos tiempos (el más notable es la Fortaleza de Aggersborg ) y aún más antiguos. Como la Iglesia de los Trolls –Troldkirken- (acceso por Ny Nibevej -187-), un enorme dolmen funerario de la Edad del Hierro que los vikingos ‘reutilizaron’ como escenario de sus mitos y leyendas. Están por todos los lados. Y no sólo en las viejas piedras y las tumbas.

Para los daneses, ésta es la ciudad portuaria y marinera por antonomasia. El lugar por donde pasaban los míticos botes largos de la época vikinga se convirtió en uno de los puertos más activos de la zona durante la Edad Media gracias a los privilegios de comercio otorgados por los reyes daneses. Y de esos tiempos data el precioso casco histórico de la ciudad: uno de los conjuntos medievales y renacentistas mejor conservados y completos de todo el país. Y lo primero que hay que ver en Aalborg es el entorno del Centrum, dónde se apelotonan los viejos edificios históricos: la Budolfi Domkirke (Algade, 40), catedral del siglo XV con rastros que datan de la época en la que los vikingos dejaron a sus antiguos dioses; la fantástica Casa Jens Bangs (Østerågade, 9), residencia de uno de los comerciantes más ricos de la ciudad en el siglo XVII; la Casa de Jørgen Olufsen (Østerågade, 25), otra casa de inicios del XVII con la típica estructura de piedra y entramado de vigas de madera que está como si la hubieran hecho ayer; el Claustro de Aalborg (Klosterjordet, 1), un antiguo hospital de beneficencia del siglo XV reconvertido en monasterio o el viejo Castillo (Slotspladsen, 1), otra de las maravillas medievales de la ciudad.

Los daneses dicen que Aalborg es su particular París del norte. Bueno, ya sabemos cómo son estas cosas. El apelativo es bastante exagerado aunque la ciudad, en su conjunto, es bastante bonita. Calles como Jomfru Ane Gade (que dicen es la arteria peatonal comercial más pequeña y animada del país) u Osteragade (dónde se encuentran las casas Jens Bangs y Jørgen Olufsen ) son un verdadero catálogo de arquitectura medieval y renacentista. Y los detalles bonitos abundan por todos lados. Iglesias, casas de piedra, estatuas curiosas o fuentes musicales (como la Toldbodsplads), grandes palacetes… Como el que ocupa el Museo Histórico de Aalborg (Algade, 48), una maravilla renacentista (no te pierdas el que dicen es el salón de madera más bonito del país) en que se atesoran objetos que resumen los más de 1.000 años de la ciudad o la neorenacentista Cámara del Servicio Real (Toldbod Pl) que no tiene el pedigrí de las piedras viejas, pero sí la firma de uno de los arquitectos claves del inicio del XX (Hack Kampmann) ese tiempo en el que Dinamarca empezó a despuntar hacia lo que es hoy: uno de los países más prósperos del mundo.

El contrapunto entre lo viejo y lo más vanguardista.-  Las ciudades nórdicas tienen una capacidad asombrosa para reinventarse. Aalborg fue durante más de un siglo una de las puntas de lanza de la potentísima industria naviera danesa. Aquí se apelotonaban las grandes fábricas y los astilleros. Parte de aquella herencia náutica aún puede verse en el Springeren - Maritime Experience Centre (Vestre Fjordvej, 81) un museo naval dónde puedes ver la relación del lugar con el mar desde tiempos de los vikingos hasta prácticamente antes de ayer (también hay un submarino de la Armada danesa). Pero del viejo ‘Havnfront’ industrial apenas quedan algunos recuerdos y hoy se ha convertido en un paseo dónde se combinan las plazas y espacios públicos de gran calidad urbanística con verdaderas joyas de la arquitectura más vanguardista con un catálogo enorme en el que brillan la Casa de la Música (Musikkens Pl, 1), el Campus de la Universidad (Rendsburggade, 14) o el imponente Utzon Center (Slotspladsen, 4) la última de las genialidades del arquitecto Jørn Utzon, famoso por maravillas como la Ópera de Sídney.

Los grandes parques son otra de las señas de identidad de Aalborg. Dicen que aquí se encuentra el parque zoológico más grande e importante de Dinamarca. Nosotros pasamos de largo. No nos gustan los zoológicos. Pero si nos acercamos hasta el Aalborgtårnet, un jardín que se creó en los años 30 del pasado siglo con motivo de una exposición y que heredó una curiosa torre metálica con buen diseño y mejores vistas. Ahí mismo  está el que dicen es el mejor museo de arte contemporáneo de toda Dinamarca: el Kunsten Museum (Kong Christians Alle, 50). Para no variar, el museo es otra joya arquitectónica de primer orden por el que suspirarían la mayoría de las grandes capitales del mundo.

El Parque Nacional Thy.- Dinamarca es un país que no se caracteriza por atesorar grandes tesoros naturales. El paisaje de Jutlandia y las islas ha sido fuertemente antropizado desde tiempos muy remotos y el país entero es un mosaico de ciudades, pequeñas manchas de bosques y tierras de cultivo. Thy es una de las pocas excepciones. Thy es una larguísima cadena de dunas costeras que se extiende por casi 60 kilómetros y que cierra por la banda de poniente al Limfjord. Aquí se combinan las arenas móviles, los pastos y amplias zonas de marismas que son un santuario para las aves migratorias que visitan el norte de Europa durante el verano boreal (junio-septiembre).

Fotos bajo Licencia CC: Rüdiger Stehn; Mike Johnson; Bernt Rostad; Nelson L.; Massimo Frasson; Eric Gross

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