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Arte y naturaleza en las Lagunas de Villafranca

Es un ejemplo más de lo bien que casan la pintura y los espacios naturales. Una exposición de pintura sobre las Lagunas de Villafranca de los Caballeros (Toledo) adentra al espectador en el imaginario de los niños y niñas del Taller de Pintura Creativa y Experimental. La dirección de esta iniciativa, que permanecerá abierta al público hasta el 17 de julio en la Casa de la Cultura, está a cargo de la artista plástica Sara Jimeno, cuya obra ha sido expuesta en galerías de Toledo, Madrid y México.

La exposición supone un acercamiento directo al aprendizaje de un diálogo entre pintura y naturaleza, que activa el desarrollo de una educación plástica y estética con el entorno. Según su directora, se trata de una práctica fundamental para el crecimiento de la creatividad del niño consigo mismo y con la vida, porque “pintar es conocerse y descubrir”.

Detalla que las Lagunas de Villafranca se convirtieron durante dos semanas del mes de junio en el nuevo Taller de Pintura. Este espacio natural protegido fue el tema central para los pequeños pintores, que trazaron en sus lienzos la mejor de las estampas: la naturaleza en vivo ante los ojos de estos precoces artistas. Así, los diferentes elementos que el nuevo Paisaje-Taller ofrecía fueron utilizados por los niños para realizar instalaciones con piedras y palos. Nuevas creaciones realizadas directamente con elementos naturales han brindado a los alumnos la posibilidad de ejercer también la función de artistas Land-Art.

Jimeno apunta que de la misma manera que en su día, pintores como Cezanne, Van Gogh o Matisse, salieron con sus lienzos a pintar al aire libre, así lo hicieron los niños y niñas del Taller de Pintura Creativa y Experimental de Villafranca de los Caballeros.

Este taller nació a principios de 2013 y desde entonces viene desarrollando una conducta de trabajo basada en potenciar, a través de la pintura y diferentes materiales plásticos, la imaginación del alumno. Las edades de los participantes oscilan entre los 3 y 11 años, aunque también se han dado períodos donde adultos y niños trabajaban juntos en el mismo espacio del taller, obteniendo resultados muy gratificantes de esta experiencia compartida.