Marañón cree que se ha evitado la destrucción de la ciudad visigoda que oculta Toledo pero “todavía no se ha salvado”

Fidel Manjavacas

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“La gran asignatura pendiente que hay en Vega Baja desde que la salvamos de aquella especulación inmobiliaria es la de ponerla en valor, afrontar un proyecto arqueológico, abrirse a la ciudadanía y no ser un espacio vallado y decadente como lo ha sido en las últimas décadas”.

Así lo ha expuesto a los medios el académico Gregorio Marañón y Bertrán de Lis al referirse al gran espacio arqueológico a los pies de la muralla que custodia el Casco Histórico de Toledo, extramuros, y muy cerca de la hoy sede de la Universidad de Castilla-La Mancha. Siglos atrás Toledo fue capital del reino visigodo. Actualmente, tras décadas de polémicas, Ayuntamiento, Junta y Ministerio de Cultura parecen haber llegado a un acuerdo para su protección frente a la aireada especulación urbanística en la zona.

Marañón participaba en una actividad de la Escuela de Arquitectura de Toledo (EAT), la facultad que promovió su investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en 2018, en un acto en el que volvió a instar a la defensa de este enclave patrimonial.

En este evento que se ha desarrollado en el edificio Toletum, actual sede de la EAT, Marañón ha podido conocer distintos proyectos y charlar con el alumnado del futuro de la capital castellanomanchega o de la situación en la que se sigue encontrando este paisaje histórico, que acoge un yacimiento arqueológico con restos romanos, visigóticos y medievales.

Cabe recordar que Marañón, también miembro del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, desempeñó un papel fundamental en la paralización de los proyectos urbanísticos previstos en Vega Baja hace ya casi dos décadas y que incluían la construcción de más 1.300 viviendas.

“No está adecuada a lo que la ciudad necesita”

Han pasado más de 16 años desde su aclamado discurso sobre la defensa de Vega Baja en el Teatro de Rojas y cree que actualmente está “preservada de la destrucción” pero, matiza, “no está adecuada a lo que la ciudad necesita”. “La doy por no destruida; la salvación nos aguarda”, recalca.

“Soy optimista por naturaleza pero hay que luchar contra esa realidad -en la que actualmente se encuentra Vega Baja como un espacio vallado y sin acondicionar-. Yo lo he hecho y lo haré mientras las fuerzas me lo permitan”, añade.

Precisamente, con el objetivo de valorizarla el Ayuntamiento de Toledo ha suscrito un convenio con la Junta de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Cultura. En este sentido, cuestionado por la situación actual y las iniciativas que plantean desarrollar diversos proyectos, Marañón señala que “los signos que se están viendo, de un lado y otro”, le parecen “esperanzadores”.

Hace escasos días, el vicealcalde de Toledo, José Pablo Sabrido, defendió las actuaciones realizadas por el equipo de Gobierno en los últimos años para “la defensa de Vega Baja”, donde confía en que antes de que finalice este año dé comienzo la primera fase del proyecto de recuperación que quieren desarrollar en cuatro anualidades.

Asimismo, el Gobierno local ha reiterado que el avance del Plan de Ordenación Municipal (POM) presentado este pasado verano deshecha definitivamente la construcción de viviendas en este enclave.

Aún se conoce muy poco sobre el proyecto que se va a desarrollar, y que va a redactar AMA Estudio de Arquitectura, el equipo de Gobierno sí ha mostrado su intención de crear más sendas peatonales que permitan conocer los restos arqueológicos, acondicionar un aparcamiento para facilitar el acceso al parque o integrar un campo de fútbol. Actuaciones, todas ellas, que respeten el paisaje y el patrimonio, recalcan.

'La capital de los visigodos'

Considerada como 'la capital de los visigodos', en Vega Baja se llevaron a cabo diversas excavaciones arqueológicas tras la paralización de los mencionados proyectos urbanísticos. Con ellas se pudieron recuperar piezas de un inmenso valor, así como delimitar espacios históricos que fueron escenario del nacimiento del Reino Visigodo de Toledo que levantó Leovigildo.

Sin embargo, aún hay parcelas en el entorno de este yacimiento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en las que no se ha excavado y en las que sí se ha hecho no se ha llevado a cabo una actuación de protección musealizando el espacio o haciéndolo visitable. La última actuación que se ha hecho allí es la creación de una senda peatonal, basada en un modelo de urbanismo que pudiera marcar la hoja de ruta de futuras actuaciones en Vega Baja.

Conservación de la ciudad y el papel de la Escuela de Arquitectura

En la conservación de este espacio, y del conjunto de la ciudad, Marañón considera que tiene un papel esencial la Escuela de Arquitectura. “Lo tengo clarísimo. Se trata de la conservación de una ciudad viva que incluye un proyecto de futuro, de modernidad, y por lo tanto para mí es un elemento capital”, ha pronunciado.

“Una ciudad viva tiene dos posibilidades de crecimiento o modelos: uno que hemos conocido que es el de la especulación y la destrucción, mirando el beneficio a corto plazo, y otro que es un modelo culto, social, que es el que plantea crecimiento pero al mismo tiempo una conservación adecuada de todos los valores que la historia de la ciudad implica”, recalcó.

Así, considera que hay “dos formas de crecer”: “Lo hemos conocido en la España de los 60 y de los 70. En ese momento la conservación era destrucción. Lo que yo creo que encarna la EAT es justo lo contrario: un crecimiento, una apuesta por la modernidad, por el futuro absolutamente coherente con la conservación de lo que Toledo significa a lo largo de su historia”, agregó.