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CiU y ERC ultiman la celebración de un referéndum sobre la independencia en dos años

Los republicanos exigían una fecha para celebrar la consulta. Su vicesecretario general de comunicación, Oriol Amorós, aseguró el lunes delante de los medios que la dirección del partido había fijado como condición indiscutible que los convergentes aceptaran la celebración de un “referéndum antes de 2014”. ERC amenazaba que, si no se cumplía esta condición, ni investía a Artur Mas ni aprobaba los presupuestos del año que viene.

Según publican algunos medios, la comisión negociadora de CiU podría haber aceptado que la consulta se celebre durante el 2014, es decir, en los próximos dos años. Según informan la fecha no ha quedado cerrada, aunque podría ser el 11 de septiembre, durante la Diada de Catalunya. Poco después de que las ediciones digitales de varios medios hayan anunciado que se ha cerrado el acuerdo para celebrar una consulta en los próximos dos años, el gabinete de comunicación de CiU ha desmentido todas las informaciones asegurando que “no hay ningún acuerdo cerrado en nada”. Aún así, las negociaciones están avanzando y ERC confía en tener el acuerdo cerrado o al menos encarado antes de que finalice esta semana.

A pesar de que la celebración de la consulta no gusta para nada al líder de Unió Democrática de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran i Lleida, el acuerdo con los republicanos no sería de extrañar, puesto que CiU no tiene muchas otras alternativas para formar gobierno y ERC difícilmente cederá en su principal promesa electoral. Cabe recordar que el lema más utilizado de los republicanos durante la campaña fue “2014”. Artur Mas, en cambio, se comprometió a celebrar la consulta “durante la próxima legislatura” pero sin muchas prisas, ya que según decía, antes era necesario asegurarse de que la consulta se iba a ganar.

Además de las negociaciones para cerrar la fecha o al menos el año de la consulta, republicanos y convergentes también están discutiendo sobre los recortes y sobre la posibilidad de recuperar el impuesto de sucesiones y donaciones y de aplicar nuevos tributos a grandes superficies comerciales y a centrales nucleares. Esta es la segunda condición de los republicanos. Amorós aseguró que “los próximos presupuestos no tendrán recortes ideológicos y si los tienen, ERC no los apoyará”. Uno de estos “recortes ideológicos” es la cancelación del impuesto de sucesiones que sólo afecta al 5% de los ciudadanos más ricos.