Sáenz de Santamaría reitera ante Junqueras el rechazo del Gobierno al referèndum pactado

Un diálogo que trascienda “las conocidas y, tal vez, evitables discrepancias sobre el referéndum”. Así fue la invitación que el vicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras, envió a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría el 21 de noviembre pasado. La materialización de la oferta ha tenido lugar este martes, cuando ambos 'vices' se han visto en Barcelona en el que ha sido el segundo encuentro oficial bilateral, el primero tras la decisión del Govern de convocar un referéndum. El resultado ha sido el esperado y Santamaría ha rechazado una consulta pactada.

“Sobre el referéndum el señor Junqueras conoce perfectamente, porque yo se lo he dicho en alguna ocasión, que no forma parte del ámbito de disposición del Gobierno”, ha zanjado la vicepresidenta antes de entrar en la reunión. A la salida del encuentro, ha afirmado que “no podemos negociar de lo que no podemos disponer”, en referencia al referéndum. También ha instado a Puigdemont a acudir a la conferencia de presidentes, a la que Puigdemont no tiene previsto ir.

Por su lado, Junqueras se ha reafirmado en que se celebrará un referéndum y que no estará “condicionado al permiso” del Gobierno. También ha indicado que el Govern “siempre” estará dispuesto a acordarlo. La exposición de Junqueras ante Santamaría de los planes sobre el referéndum va en la línea de la última reunión entre el conjunto de agentes soberanistas, donde el consenso se centró sobre el referéndum pactado.

El de la llamada a las urnas es el nuevo gran asunto de la legislatura catalana, y el Govern considera que debe aparecer, por fuerza, en un encuentro de este tipo con la representante del Gobierno español. Pero no ha sido el único punto del día en la reunión. También se ha hablado sobre la deuda y sobre el estado del fondo de las pensiones.

En el encuentro han confluido dos aspiraciones de ambos ejecutivos. Por un parte, la llamada 'Operación Diálogo' del Gobierno español, que encabeza la propia Santamaría, que apuesta por una presencia más frecuente en Catalunya y por maximizar los espacios de diálogo con la Generalitat. Por otra, el deseo de bilateralidad del Govern, muestra de la cual es la pretensión de Puigdemont de no acudir a la conferencia de presidentes autonómicos y de negociar sus 46 puntos.

Fue el propio president quien, tras su primera reunión con Mariano Rajoy, encargó a Junqueras que mantuviera encuentros con la número dos del Gobierno central. La primera de aquellas reuniones tuvo lugar el 21 de julio pasado, donde Santamaría aseguró estar dispuesta a hablar de todos los puntos, menos del referéndum.

Junqueras ha explorado también esta voluntad en la reunión del martes, a la que ha acudido con dos temas espinosos, como son la deuda y las pensiones. Según explican fuentes del Departament, el vicepresident ha pedido explicaciones por los 550 millones de euros de deuda que el Estado debe colocar cada día en los mercados, lo que Junqueras considera una auténtica crisis de la deuda. Por otro lado, el agotamiento del fondo de reserva de las pensiones, que se encuentra en mínimos históricos.

Estos son los asuntos que lleva el responsable económico de la Generalitat en su agenda, en vez de los 46 puntos que hasta ahora manejaba. Un cambio que visualiza el paso de una estrategia defensiva, que reclama el fin de supuestos agravios, a una ofensiva, que pide cuentas de su gestión al Gobierno español.