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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El juez de Alicante que no acepta escritos en catalán fue suspendido por menospreciar a la Generalitat

El juez de Alicante que ha rechazado un escrito en catalán por no ser una lengua oficial en la Comunidad Valenciana fue sancionado con seis meses de suspensión en 2013 por el poder judicial por menospreciar continuamente a la Generalitat de Catalunya y la lengua catalana. El castigo fue ratificado por el Tribunal Supremo.

Magán, nacido en Barcelona, cargó duramente contra el gobierno catalán en varios pronunciamientos cuando ejercía en Lleida. “Esta es la prueba más evidente de la marginación lingüística que, utilizando el dinero público, está llevando a cabo la Administración regional catalana” o “solamente desde un odio ideológico muy profundo hacia la lengua castellana pueden entenderse actitudes de fanatismo lingüístico” como el ejercido por la Generalitat, escribió.

El Tribunal Supremo confirmó la sanción impuesta por el Consejo General del Poder Judicial al entender que ésta no interfería ni cuestionaba sus fallos, sino las expresiones contenidas en algunos de ellas. Estos contenían una “elevada carga de menosprecio” en las “expresiones desconsideradas” que de manera habitual vertió hacia el presidente de la Generalitat y el catalán. El alto tribunal consideró esa conducta “impropia” de un magistrado.

Magán pidió su traslado a Alicante tras el fallo del Supremo. “Me he rendido. Me hacen callar”, aseguró a Las Provincias en 2013. Allí “será todo mucho más tranquilo”, auguraba hace menos de tres años. No ha sido así. Ha vuelto a dar que hablar al requerir a la Generalitat de Catalunya para que traduzca al castellano un escrito redactado en catalán con el argumento de que esa lengua no es cooficial ni goza de reconocimiento legal en la Comunitat Valenciana.

Todas las universidades del mundo dicen que valenciano y catalán son lo mismo, incluso la Acadèmia Valenciana de la Llengua, la institución con capacidad normativa sobre el valenciano. Magán, sin embargo, dice que no son “lenguas coincidentes”. Y va más lejos: Ese asunto “puede ser objeto de discusión lingüística, pero jurídicamente la cuestión está resuelta desde hace décadas: no estamos ante una misma lengua, lo que impide que pueda” presentarse un escrito en catalán en un juzgado valenciano.