Si escuchas nombrar la Schlumbergera o la Poinsettia es probable que estos nombres no te digan nada. Pero si hablamos del cactus de navidad y la flor de pascua la cosa cambia radicalmente. Ambas especies son unas de las más reclamadas en vísperas de la época navideña e inundan viveros y mercados de plantas desde mediados del mes de noviembre hasta bien entrado febrero. Regalarlos en estos meses, en especial en diciembre, se ha convertido en toda una tradición y en España se llegan a producir millones de unidades al año.
Si regalar plantas y flores siempre es un gesto lleno de mimo y agradecimiento, mantenerlas con un mínimo de cuidados y algo de atención es un gesto de respeto al medio ambiente. Tanto la flor de pascua como el cactus de navidad son dos especies de plantas que pueden aguantar sin problema durante todo el año, aunque ambas florecen solo entre noviembre y enero. Con un poco de maña y algunos consejos conseguirás mantenerlas en perfecto estado para que cada invierno vuelvan a llenarse de color. Aunque te parezca algo obvio, no lo es tanto. Todos los años muchas de estas plantas terminan en los contenedores el día que se guardan los adornos navideños de las casas y se desmonta el árbol, o con algo de suerte, algunas semanas después.
Rojo, rosa, blanco, amarillo, naranja o incluso violeta, el cactus de Navidad o Schlumbergera puede florecer en muchas tonalidades. Suelen tener una altura de unos 20 o 40 centímetros, pero si las sabes cuidar y envejecen a tu lado pueden alcanzar casi un metro de altura, colgando sus hojas por todos los lados. No crecen de forma vertical. Este cactus es de origen tropical, concretamente de los bosques brasileños. Aunque tengamos asociados la imagen de los cactus con áreas desérticas bañadas por el sol, el cactus de Navidad crece de forma natural en zonas de sombra muy húmedas cubriendo superficies como rocas y troncos.
Fue descubierto en el siglo XIX por misiones de exploradores europeos que lo dieron a conocer en distintas regiones, convirtiendo a esta planta con delicadas hojas en forma de campana en una de las más apreciadas de la época invernal para dar un toque cálido y de color. Se trata de una planta muy resistente, por lo que mantenerla con vida no te resultará difícil aunque acabes de estrenarte con las tijeras de podar y la regadera.
Sol o sombra
Al tener su origen en bosques húmedos y con sombra, lo óptimo para que esta planta se desarrolle adecuadamente es situarla en zonas de la casa semioscuras pero que reciban algo de iluminación natural. Una buena ubicación podría ser, por ejemplo, en algún mueble que tengas cerca de una ventana con cortinas que sean traslúcidas o claras para permitir que le llegue de forma indirecta la luz del exterior. En el caso de que tu opción haya sido la de situarla en una zona exterior de la casa (balcón, jardín o patio), hazlo en un rincón en el que no esté directamente expuesta al sol y en el que haya bastante sombra durante todo el día. Aunque si en tu región hay cambios bruscos de temperatura, lo más sencillo será que la mantengas dentro de casa.
Cada cuánto regarlo
Que no te lleve a engaño su nombre. A pesar de llamarse “cactus” no funciona como la mayoría de estas especies en cuanto al riego. El cactus de Navidad no soporta épocas de sequía fuerte. Te recomendamos que durante el otoño y la primavera lo riegues al menos una vez a la semana, una frecuencia que puedes aumentar a dos veces a la semana en verano. Puedes regarlo por inmersión, situando un plato hondo lleno de agua bajo la maceta para dejar que sus raíces tomen la que necesitan. Un truco que siempre funciona es tocar el sustrato con las manos para saber si sigue húmedo o necesita que se riegue. Si te pasas con el riego puedes provocar que se pudran sus raíces, así que es mejor hacer siempre esa comprobación.
Cómo abonarlo
Al cactus de Navidad le gustan los sustratos cargados de nutrientes. Puedes adquirir alguno específico para suculentas, que le ayudará a mantener un buen crecimiento y le estimulará también en la época de la floración. Si vas a cambiarlo de maceta, tenlo en cuenta. Pero además será muy beneficioso para tu planta que le añadas un poco de abono de forma mensual, al menos en la época de primavera y verano, que es cuando mayor apoyo necesitan para crecer fuertes y sanas.
En cambio, durante el otoño y el invierno puedes alargar el descanso entre abono y abono para no sobrecargar a tu cactus de Navidad antes de la floración. El fósforo, el nitrógeno y el potasio le sientan bien a esta planta, tanto a tallos como a flores.
Cuidado con las plagas
Aunque ya te hemos adelantado que el cactus de Navidad es una de esas especies de plantas resistentes que pueden salir adelante con no demasiados cuidados, tampoco te descuides porque no está exenta de sufrir algunas plagas de insectos, sobre todo de cochinilla, pulgón o ácaros. Si te estás iniciando en la jardinería, algunos signos pueden ayudarte a detectar este tipo de infecciones: fíjate bien en si los tallos están creciendo bien o tienen deformidades o si sus hojas están moteadas con puntos negros o manchas blancas.
Si detectas algunas de estas señales, actúa con rapidez. Limpia con un paño todas las superficies afectadas y rocía la superficie con un insecticida orgánico. Sigue las instrucciones del fabricante.
Cómo conseguir que vuelva a florecer
Una vez terminado el verano, con los primeros días del otoño, vuelve a guarecer tu cactus de Navidad en el interior de la casa siguiendo los consejos que te hemos dado. Mantenlo en un lugar con bastante sombra, aunque reciba idealmente algo de iluminación natural. Esta planta necesita días cortos y noches largas para iniciar la floración, por lo que un ambiente semioscuro será el ideal. Es importante que no te la olvides en la terraza o en el jardín, pues los cambios bruscos de temperatura no le sentarán bien y mucho menos si está expuesta a la lluvia. Aunque la planta es muy resistente, sus flores son algo más delicadas. Sin embargo, siguiendo todas estas pautas tienes asegurado el éxito en el cuidado de tu cactus.