Hay veces en las que la inspiración nos abandona a la hora de ponernos frente a los fogones para preparar algo de comer o de cenar. Bien por falta de ideas, bien por falta de tiempo, es bueno tener algunas opciones recurrentes que sean más o menos rápidas y, sobre todo, nutritivas para prepararnos un plato en un momento dado sin tener que echar mano de los precocinados —aunque hay algunas alternativas saludables— más de la cuenta.
En estos casos, los huevos suelen ser unos magníficos aliados. Tanto cocidos para acompañar una ensalada completa, como a la plancha con algunas verduras y patatas o boniatos asados, revueltos con espárragos o setas, o en forma de tortilla. Y aunque cuando pensamos en tortillas la primera imagen que nos viene a la cabeza suele ser la de una apetecible y rica tortilla de patatas, no es la única combinación para hincarle el diente a esta receta.
Hay otra alternativa que queda igualmente muy jugosa y que es una excelente opción para incluir más verduras en nuestros menús, incluso para esas personas a las que no le resultan tan apetecibles: se trata de la tortilla de calabacín, más rápida de preparar que la de patatas clásica y que no tiene nada que envidiarle.
Esta tortilla, además, es en sí mismo un plato supernutritivo, y bastante ligero. Los huevos contienen proteína de la “máxima calidad, por su elevado poder biológico”, informan desde la Federación Española de Nutrición (FEN). De hecho, continúan, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) “la toma como término de referencia, al presentar proporciones equilibradas de todos los aminoácidos esenciales”. Además, contiene ácidos grasos moninsaturados y vitaminas A, D y algunas del grupo B; además de yodo, selenio y fósforo.
De la familia de las curcubitáceas, el calabacín contiene vitamina C, proteínas y mucílagos (fibra soluble). Y según la Federación Española de Nutrición (FEN), “su consumo contribuye a cubrir las necesidades de vitaminas, especialmente las de vitamina C; una ración de calabacín (200g) cubre el 74% de las ingestas recomendadas para esta vitamina en hombres y mujeres de 20 a 39 años”.
Así que, aunque si te apetece puedes completar esta receta, por ejemplo, con una ensalada verde, realmente es un plato bastante completo. Te contamos cómo prepararlo y te damos cinco alternativas.
Tortilla de calabacín (con o sin patatas)
Esta es la versión más clásica (y básica) de esta receta. La podemos hacer simplemente con calabacín o añadirle también patatas, si te apetece. Aunque te aseguramos que queda muy jugosa también solo con el calabacín. Para dos comensales vamos a necesitar:
- Un calabacín grande, o dos medianos, al menos de unos 500 gramos
- Cebolla (es opcional, pero queda muy rico y le aporta una textura especial), unos 80 gramos
- 4 huevos grandes
- 3 o 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- Si decidimos hacerla con patatas, usaremos 2 unidades
Esta receta es muy sencilla. Lo primero que vamos a hacer es lavar los calabacines (y en su caso, las patatas) y los cortaremos en rodajas finas para que se hagan más rápido. Podemos utilizar una mandolina para que todas sean del mismo grosor. La cebolla la podemos cortar en juliana.
Ahora, vamos a pochar la cebolla junto con el calabacín en una sartén. Si queremos añadir patatas, podemos cocinarlas mientras en el microondas. Las metemos en un recipiente apto para este electrodoméstico, lo cubrimos con film transparente y lo dejamos cocinar 15 minutos a 800 w. Una vez listo tenemos que destaparlo con mucho cuidado de no quemarnos.
Mientras, podemos ir batiendo los huevos hasta que obtengamos el punto deseado. En el bol donde los hayamos batido, añadiremos la cebolla y el calabacín pochados, así como la patata. Ahora ya solo queda cuajar la tortilla en la sartén, impregnada de aceite de oliva. Cuando veamos que se ha cuajado bien por una parte, le daremos la vuelta con un plato y apagaremos el fuego cuando hayamos conseguido el punto que más nos gusta.
Tortilla de zanahoria rallada y calabacín
Esta versión de tortilla de calabacín incluye, además de ajo, que le da un toque distinto, guisantes. Y es muy rápida de hacer. Para dos personas, necesitaremos las mismas cantidades que en la receta anterior pero añadiremos un par de zanahorias, un par de ajos y un puñado de guisantes.
En esta ocasión vamos a rallar tanto el calabacín como la zanahoria, y los ajos los haremos finamente picados. Batimos los huevos e incorporamos todas las verduras en crudo. Si los guisantes son congelados, no olvides hervirlos primero. Solo te queda cuajar la tortilla en la sartén al punto deseado y servir.
Tortilla de calabacín rellena
Esta es otra forma deliciosa y muy original de comer tu tortilla de calabacín. Lo que vamos a hacer es una especie de crêpe fino con el huevo y el calabacín, y luego lo rellenaremos con los ingredientes que más nos gusten o tengamos a mano. Queda muy rico con salmón ahumado, aguacate y queso crema, pero cualquier opción de tu gusto puede valer.
El secreto para esta receta está en cortar las láminas de calabacín muy finas. Las cocinamos en la sartén durante unos minutos y luego formamos con ellas una capa, en la misma sartén, sin amontonarlas. Añadimos el huevo batido, dejamos que se reparta bien y hacemos la tortilla vuelta y vuelta intentando que no se rompa. Ahora solo queda rellenarla y disfrutar de la mezcla de sabores.
Tortilla de calabacín y queso
Esta no es la típica tortilla de calabacín y queso. Seguro que esta receta te va a sorprender. Vamos a hacer el calabacín rallado y lo cocinamos con unas gotitas de aceite de oliva virgen extra en la sartén. Cuando las tengamos listas, las mezclamos con el huevo batido, salamos y hacemos la tortilla vuelta y vuelta.
El truco viene ahora. Coloca tu tortilla sobre un papel de horno y sobre la tortilla, en el centro, el queso de tu elección. Solo te queda enrollar la tortilla con la ayuda del papel. Cuando lo tengas, retíralo y a disfrutar de estos bocados.
Tortilla de calabacín sin huevo
Y para aquellos que no pueden comer huevo, por elección o por tener algún tipo de intolerancia, te contamos cómo armar una tortilla de calabacín sin huevo.
Todo el procedimiento va a ser el mismo que en la tortilla clásica de calabacín, salvo que la textura y la función del huevo en la receta las vamos a replicar utilizando harina de garbanzo, entre nueve y diez cucharadas, y la misma cantidad de agua filtrada.
La única diferencia es que vamos a mezclar el garbanzo con el agua hasta que nos quede una mezcla similar a la que obtendríamos con el huevo batido. De lo que sí que tenemos que asegurarnos en este caso es de que la sartén que vayamos a usar no se pegue. Una vez la tortilla esté dorada por una parte, como en los casos anteriores, nos ayudamos con un plato para darle la vuelta y cocinar por el otro lado.