Crema de calabacín con un toque distinto: 5 formas de preparar esta receta básica perfecta para esta temporada

Elena Segura

8 de octubre de 2025 13:45 h

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Rellenos casi con cualquier ingrediente y gratinados, en forma de espaguetis, en tempura, a la plancha, como base de un zarangollo murciano o de una tarta salada, al horno como guarnición, incluso preparado en vinagreta o como fermento y, por supuesto, en reconfortantes cremas. El calabacín, por su sabor suave y su textura, es una de las verduras más versátiles que podemos encontrar en el mercado. Al necesitar temperaturas muy cálidas para brotar, es una de las protagonistas del huerto de verano, pero alarga su temporada hasta septiembre u octubre, dependiendo de la zona donde nos encontremos. Eso sí, podemos encontrarlo en tiendas de barrio y mercados durante todo el año.

Perteneciente a la familia de las curcubitáceas, el calabacín además de ser versátil como ingrediente en la cocina, tiene un perfil nutricional muy interesante al contener vitamina C, proteínas y mucílagos (fibra soluble). Según la Federación Española de Nutrición (FEN), “su consumo contribuye a cubrir las necesidades de vitaminas, especialmente las de vitamina C; una ración de calabacín (200g) cubre el 74% de las ingestas recomendadas para esta vitamina en hombres y mujeres de 20 a 39 años”.

Ahora que empiezan a bajar las temperaturas y el otoño nos trae días más frescos y lluviosos, ya apetece cambiar el gazpacho o las ensaladas por las cremas calentitas a la hora de comer, pero sobre todo para la cena. Una buena crema de calabacín o cualquier otra verdura, si sabemos cómo complementarla, es una opción ideal para terminar el día de una forma ligera a la vez que saciante y nutritiva.

Crema de calabacín y calabaza con cúrcuma y orégano

Esta combinación de sabores queda espectacular. Con la calabaza, además, le damos un toque muy otoñal. Verás que el resultado es muy suave y las especias le dan un toque de aromas muy original. Además, podemos completarla con toppings de semillas de calabaza y girasol. Para cuatro comensales necesitaremos una calabaza, un par de calabacines, un puerro y una cebolla, aceite de oliva virgen extra, un litro de caldo de verduras o si no tienes, agua, cúrcuma, pimienta negra, orégano y las semillas de calabaza.

Para hacer esta receta, lo primero que tenemos que hacer es cortar el puerro y la cebolla en juliana y dorarlos en una cazuela con aceite de oliva. El resto de las verduras las cortamos en daditos y las añadimos cuando el puerro y la cebolla estén bien pochados. Vertemos el caldo de verduras y las especias y dejamos cocer entre 15 y 20 minutos. Una vez listo, trituramos y servimos con las semillas. Si quieres darle un extra de cremosidad, puedes añadir un poco de queso crema o nata líquida a la hora de pasar por la batidora.

Crema de calabacín con guisantes y yogur

Esta no es la típica crema de calabacín, pero de sabor queda muy rica y tiene un perfil nutricional muy completo al añadir las proteínas vegetales de los guisantes, que son una legumbre, y las proteínas del yogur. Si eres vegano, puedes optar por un yogur que no contenga leche de origen animal.

Para cuatro comensales vamos a utilizar un par de calabacines grandes, un buen puñado de guisantes, una patata grande o dos medianas, una cebolla y un yogur, menta fresca, ajo y zumo de limón. La crema la vamos a preparar cortando muy bien todas las verduras, pocharemos la cebolla y luego añadiremos el resto, cubrimos con caldo vegetal o agua y cocemos entre 15 y 20 minutos. Luego, trituramos.

Por otra parte, preparamos una salsa con el yogur, el zumo de medio limón, hierba buena o menta fresca bien picadita y un ajo muy finamente cortado. Esta salsa la serviremos por encima de nuestra crema.

Crema de calabacín con almendras y pollo o tofu

Esta comida o cena es muy rápida de preparar y muy completa. A una crema base de calabacín como las que hemos visto anteriormente, le añadiremos unos toppings de pollo o de tofu, en función de tus preferencias, así como un buen puñado de almendras. Lo que haremos será dorar todos esos ingredientes, tanto el pollo como las almendras el tofu.

Si quieres, puedes marinar el tofu previamente con salsa de soja, un poco de agua, un ajo picado y orégano. Luego los serviremos encima de nuestra crema, que podemos completar también con perejil o cilantro finamente picado y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Delicioso.

Crema de calabacín con albahaca

Si quieres darle un toque especial a tu crema de calabacín, esta receta es perfecta. Lo único que tienes que hacer es conseguir un buen puñado de albahaca fresca. Lo que vamos a hacer es picarla muy bien y añadirla a nuestra crema de calabacín en el momento en el que vamos a triturar las verduras.

Si tienes una mata de albahaca en casa, puedes empezar a recolectar sus hojas para congelarlas y poder disfrutar de su sabor durante el invierno, cuando estas plantas sufren más las bajas temperaturas y acaban secándose. Puedes congelar las hojas enteras, bien limpias y secas en bolsas. O bien triturarlas y mezclarlas con aceite de oliva (dos cucharadas de aceite por un puñado grande de hojas de albahaca) y congelarlas en una cubitera para tenerlas disponibles en cualquier momento.

Crema de calabacín y boniato con canela y curry

Esta receta también es muy original y no te dejará indiferente. Vamos a utilizar para cuatro raciones un par de boniatos medianos o uno grande, dos calabacines de buen tamaño, un par de ajos y curry y canela. Lo primero que haremos será sofreír los ajitos, cuando empiecen a dorarse añadimos cortados en cuadraditos tanto el boniato como el calabacín y las especias, dejamos cocer en agua o caldo vegetal durante 15 o 20 minutos y trituramos.

Si quieres darle un toque más dulzón puedes hornear el boniato y luego añadirlo a la mezcla que vas a triturar. Puedes complementar esta cena con un huevo cocido picado como topping y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.