Si alguien te habla de un plato que rara vez haya cruzado las fronteras de Andalucía, con un nombre de lo más curioso, probablemente te imagines algo complicado o incluso un poco diferente. Pero no, el ajoatao no es ningún misterio sin resolver, sino uno de los platos más tradicionales y reconfortantes de la provincia de Jaén. Un manjar humilde, sencillo, lleno de sabor y con una historia que merece ser contada.
Aunque suene a plato de campo o de los mayores de la casa, que de alguna manera es así, el ajoatao es una joya gastronómica que transmite historia, cultura y el alma de Jaén en cada cucharada. Es un plato para disfrutar en buena compañía, para compartir en torno a la mesa con familia o amigos, y para reconectar con la tradición más auténtica de lo más profundo de Andalucía.
Si alguna vez visitas Jaén o tienes la suerte de encontrar ajoatao en algún restaurante local, no dudes en probarlo. Pero hay una opción mucho mejor que esa: prepararlo en casa. Para ello, te explicamos la receta paso a paso de este plato jiennense y así puedas saborear lo mejor de Andalucía sin salir de tu cocina.
Las raíces del ajoatao: un plato de la tierra de olivos
El ajoatao es un plato típico de la cocina popular jiennense que tiene sus raíces en la necesidad y la sencillez. Su nombre viene de la combinación de dos ingredientes clave: el ajo y el aceite de oliva de Jaén que, precisamente, es uno de los mayores productores del mundo. El término “atao” es una forma dialectal que puede entenderse como “atada” o “mezclada”, refiriéndose a la unión de estos elementos en una especie de salsa.
Este plato surgió en tiempos en los que la economía rural dependía mucho de la agricultura y la ganadería, y se elaboraba como un recurso alimenticio sencillo, barato y energético, perfecto para los jornaleros y campesinos que necesitaban recuperar fuerzas. La receta tradicional se prepara con ingredientes que siempre estaban al alcance, como el pan del día anterior, ajo, aceite de oliva virgen extra, sal y a veces huevo.
Con el paso del tiempo, la fama del ajoatao se ha mantenido viva en las casas jiennenses, sobre todo en las zonas rurales, y aunque parezca un plato modesto, tiene un encanto particular que lo ha convertido en un símbolo de la identidad gastronómica local.
Cuándo y dónde se come el ajoatao
Este plato se suele consumir especialmente en invierno, cuando el cuerpo pide algo caliente, contundente y nutritivo. Se come mucho en reuniones familiares, especialmente en las zonas rurales y pueblos de la provincia de Jaén, aunque también ha traspasado fronteras provinciales y se ha colado en bares y restaurantes tradicionales que buscan recuperar las recetas de antes.
El ajoatao se suele tomar como plato único o como acompañamiento de carnes o guisos contundentes. Además, es típico en ocasiones especiales como las matanzas del cerdo, donde su aporte calórico y su sencillez resultan perfectos para los días de trabajo duro.
La receta paso a paso
Si quieres probar un auténtico ajoatao, no necesitas ingredientes complicados, pero sí un poco de paciencia y cariño en la cocina. Aquí te dejamos una receta tradicional para que puedas preparar este plato en tu casa. Apunta los ingredientes:
- Cuatro dientes de ajo grandes
- 100 mililitros de aceite de oliva virgen extra
- 150 gramos de pan duro
- Dos huevos (opcional)
- Sal al gusto
- Agua (aproximadamente 200 mililitros)
Te explicamos paso a paso cómo elaborar esta receta tradicional para que puedas disfrutarla tal y como se ha hecho durante años en Andalucía:
- En primer lugar, para comenzar con la receta, hay que preparar el pan. Hazlo cortando el pan en rebanadas finas y déjalo secar si no está duro. Es fundamental que el pan esté duro para que el ajoatao tenga esa textura característica y no se deshaga.
- Luego pela los dientes de ajo y machácalos bien en un mortero hasta que queden casi como una pasta. Este paso es clave para que quede un sabor intenso y homogéneo.
- A continuación, en una sartén, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Cuando esté tibio, no demasiado caliente para que no se quemen los ajos, añade el ajo machacado y sofríelo con cuidado, removiendo constantemente para que no se queme y amargue.
- Después, en una cazuela o sartén grande, coloca el pan y vierte el aceite con ajo ya preparado por encima. Añade un poco de agua caliente para que el pan se vaya ablandando y forme una especie de papilla espesa.
- Ahora cocina a fuego lento, removiendo constantemente para que el pan se impregne bien del aceite y ajo. Si ves que queda muy seco, añade un poco más de agua.
- Como opción, puedes incorporar huevo a tu receta. En muchas casas se añade un par de huevos escalfados o cocidos que se mezclan con el ajoatao para aportar proteína y cremosidad. Si decides hacerlo, rompe los huevos en el ajoatao cuando esté casi listo y cocina hasta que cuajen a tu gusto.
- Finalmente, añade sal al gusto y remuévelo todo bien. Ahora solo quedará servir ajotao bien caliente y disfrutar.