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El plato típico tan fácil como refrescante que es perfecto para una cena ligera

Aurora López

19 de mayo de 2025 18:08 h

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Cuando los días se hacen largos por el calor sofocante del verano, pocas cosas apetecen más que un plato sencillo, fresco y lleno de sabor. En el mapa gastronómico de España, hay una receta que cumple con creces estas tres cualidades: la pipirrana. Este plato veraniego, fácil y delicioso, es un canto a la cocina mediterránea de temporada. Preparado con ingredientes frescos y de fácil acceso, la pipirrana es una ensalada fría que ha sabido adaptarse a los gustos y productos de distintas regiones españolas, pero conservando siempre su esencia.

La pipirrana es mucho más que una ensalada. Es una expresión de la cultura mediterránea, una receta que, sin grandes pretensiones, se cuela en las mesas veraniegas de muchas regiones. Y es que, en una época donde lo elaborado a menudo eclipsa lo básico, platos como la pipirrana nos recuerdan que, a veces, lo más sencillo es también lo más sabroso. Así que este verano, no lo dudes. Prepara una buena pipirrana, sírvete una bebida fresca y disfruta de la cocina sin necesidad de encender los fogones.

De dónde viene la pipirrana

Parte del encanto de esta receta reside en su historia como plato de aprovechamiento. Se preparaba con lo que había a mano. Esto era, en esencia, los tomates y pimientos de la huerta, algo de aceite, ajo y pan. Era una comida económica, nutritiva y saciante. En muchos hogares aún se sirve como plato principal durante el verano, y no es raro que se lleve en táper a la playa o al campo.

Además, la pipirrana ha sido también protagonista en bares y tabernas andaluzas, donde suele aparecer como tapa o ración. Su sabor fresco y ligeramente ácido, potenciado por el vinagre y la calidad del aceite, la convierte en un acompañamiento ideal para una bebida bien fría.

Un plato, muchas versiones

Aunque la base común suele incluir tomate, pimiento, cebolla y aceite de oliva virgen extra, su composición varía notablemente según la provincia donde se prepare. Este plato, muy popular en Andalucía, especialmente en Jaén, Granada y Almería, también tiene presencia en regiones como Murcia y algunas zonas de Castilla-La Mancha.

Cada versión aporta un matiz propio. En Jaén, por ejemplo, se trata casi de una emulsión espesa donde el aceite, el ajo y la yema de huevo se baten hasta conseguir una textura suave, parecida a la mayonesa, que se mezcla luego con las verduras.

Por otro lado, en tierras granadinas, la pipirrana se presenta como una ensalada bien aliñada, con dados de pepino y, a veces, un huevo duro entero que remata el conjunto del plato. Más al sur, en Almería, se adentra en terrenos marineros con trozos de pulpo cocido que le dan un toque diferente, un toque a mar.

Si viajamos un poco al oeste peninsular dejando atrás Andalucía, llegaremos a Murcia, donde la pipirrana se acerca más a una ensalada picada, en la que los ingredientes conservan su forma y textura. Mientras tanto, en el corazón de Castilla-La Mancha, se adopta una versión más sobria y rústica. Esta receta de la pipirrana de interior lleva pocos ingredientes entre los que destaca un aliño contundente a base de ajo, aceite y vinagre.

El paso a paso de la versión clásica de Jaén

Para cuatro personas, la receta tradicional de la pipirrana jiennense se puede preparar con los siguientes ingredientes:

  • Cuatro tomates maduros (tipo pera o de ensalada, bien rojos y jugosos)
  • Un pimiento verde italiano
  • Una cebolla dulce o cebolleta
  • Un diente de ajo
  • Una yema de huevo cocido
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre de vino blanco
  • Sal al gusto
  • Opcional: atún en aceite, huevo duro o aceitunas

Ahora solo toca ponerse el delantal y seguir estos sencillos pasos. Como resultado, obtendrás todo el sabor del verano en un único plato:

  • Comienza poniendo a hervir un huevo durante unos diez minutos hasta que esté bien cocido. Una vez frío, separa la yema de la clara y reserva la yema.
  • En cuanto a los tomates, te recomendamos que los escaldes en agua caliente durante unos segundos para que te sea más fácil pelarlos. Una vez pelados, pícalos en dados pequeños. Luego, haz lo mismo con el pimiento verde y la cebolla. Reserva todas las verduras en un bol grande.
  • Para preparar la emulsión, en un mortero, machaca el diente de ajo con un poco de sal. Luego, añade la yema del huevo cocido y sigue majando hasta que obtengas una pasta homogénea. A continuación, añade poco a poco el aceite de oliva virgen extra en hilo fino, mientras sigues batiendo hasta formar una emulsión espesa. No te olvides de añadir unas gotas de vinagre al gusto.
  • Ahora vierte esta emulsión sobre las verduras picadas, mezcla bien para que todo quede impregnado, y deja reposar en la nevera al menos una hora antes de servir.
  • Si quieres que la pipirrana quede incluso más deliciosa, puedes acompañarla de atún desmenuzado, huevo duro picado o aceitunas.

Consejos para una pipirrana perfecta

Aunque la pipirrana es un plato sencillo, tiene sus trucos para que se convierta en uno de tus platos favoritos. Pequeños detalles, como elegir bien el tomate o dar con el punto justo del aliño, marcan la diferencia entre una ensalada del montón y una que se convierte en la reina del verano. Aquí van algunos consejos para sacarle todo el partido:

  • Usa tomates de temporada: la clave del sabor está en la calidad del tomate. Evita los tomates de cámara insípidos y opta por variedades locales de verano.
  • Aceite de oliva de calidad: al ser uno de los ingredientes principales, el aceite debe ser virgen extra, preferentemente de variedad picual o arbequina, dependiendo del gusto personal.
  • Respeta el reposo: aunque se puede comer recién hecha, la pipirrana gana mucho si reposa al frío durante al menos una hora. Los sabores se integran mejor y de esta manera, la pipirrana será más sabrosa.
  • Juega con los ingredientes: es cierto que la receta tradicional es deliciosa, pero siempre puedes adaptarla. Añade pepino para un toque más refrescante, incorpora ventresca de atún para un plus de sabor, o sustituye el vinagre por un chorrito de zumo de limón.