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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Draghi niega las acusaciones de EEUU de manipulación del euro

EFE

Bruselas —

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha defendido que ni la entidad que él preside ni Alemania “son manipuladores de divisas” en referencia a los comentarios del nuevo Gobierno estadounidense sobre la devaluación del euro y el beneficio que de ello saca Berlín.

“No somos manipuladores de divisas”, dijo Draghi este lunes preguntado a este respecto durante una comparecencia en la Eurocámara.

El presidente del supervisor europeo recordó que, de acuerdo con un informe elaborado por el propio Tesoro Estadounidense en octubre pasado consideró que “Alemania no estaba llevando a cabo una intervención unilateral en el mercado de divisas”.

Subrayó también que esta evaluación también confirmó que “el BCE no ha intervenido en el mercado de divisas desde 2011”, cuando lo hizo de forma concertada con sus socios internacionales.

Draghi defendió que la política monetaria del BCE “refleja las diversas posiciones en el ciclo de la eurozona y de Estados Unidos”.

La semana pasada el titular del Consejo Nacional de Comercio creado por Trump, Peter Navarro, consideró en una entrevista que el euro está muy por debajo de su valor, lo que cree beneficia a Alemania frente a sus socios europeos y EEUU.

Esos comentarios se suman a otros anteriores del mismo Trump en los que sostenía que el dólar estaba “demasiado fuerte”.

Además, el presidente del BCE defendió que “lo último” que se necesita en este momento es “una relajación de la regulación” del sector bancario, en referencia a las órdenes firmadas por Donald Trump de cara a revocar la principal ley reguladora estadounidense.

“La idea de repetir las condiciones que había antes de la crisis es algo muy preocupante”, añadió Draghi.

Política monetaria expansiva

Por otro lado, Draghi defendió su decisión de mantener una política monetaria expansiva y su programa de compra de activos hasta que se alcance una inflación estable y sostenible en el conjunto de la eurozona.

“El apoyo de nuestras medidas de política monetaria todavía es necesario para que las tasas de inflación converjan hacia nuestro objetivo con suficiente confianza y de forma sostenible”, dijo.

Draghi recordó que, de acuerdo con las normas de la entidad monetaria europea, el objetivo es conseguir la estabilidad de precios -que el BCE fija en una cota inferior cercana al 2 %- pero no solo de forma momentánea, sino en el medio plazo, de forma “sostenible, ”duradera“ y para toda la eurozona, no solo en algunos países.

En este sentido, el jefe del también supervisor europeo afirmó que el aumento de la inflación en diciembre (hasta el 1,1 desde el 0,6 %) y en enero (hasta el 1,8 %) son fruto sobre todo del aumento de los precios de la energía y defendió que debe prestarse atención a la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más volátiles como el precio de la energía o los alimentos frescos.

“Hasta ahora la presión de la inflación subyacente es muy suave y solo se prevé que aumente gradualmente más adelante”, dijo Draghi, quien achacó esa circunstancia a la debilidad en los costes internos y la debilidad del mercado laboral.

El presidente del BCE señaló que los riesgos para la zona del euro están sobre todo relacionados con “factores globales” y reiteró que la entidad prevé aumentar su programa de compra de activos si “las perspectivas de inflación son menos favorables” o si “las condiciones son incompatibles” con que las tasas se acerquen al 2 %.

En enero el consejo de gobierno del BCE confirmó que mantendrá los tipos de interés en el 0 % y proseguirá su programa de compra de deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 80.000 millones de euros mensuales hasta marzo y, a partir de abril, por 60.000 millones de euros durante nueve meses más, hasta diciembre.

Draghi defendió que esta decisión “encuentra un equilibrio” entre la mejora de la recuperación económica que, dijo, se refleja en aumentos del Producto Interior Bruto, descenso del desempleo y bajada del ratio entre deuda y PIB, y la “falta de señales claras” de que la inflación se dirige hacia el nivel deseado.

El presidente del BCE defendió que, en términos de estabilidad financiera, “los beneficios de la política monetaria han compensado las posibles inconvenientes” de la misma.

Si bien la expansión monetaria ha podido reducir los beneficios por rentabilidad de las entidades bancarias, dijo, la recuperación económica que ha impulsado ha reducido las quiebras y por tanto mejorado la calidad de las carteras crediticias de los bancos y ayudado a “sostener las ganancias de los bancos en el último año”.