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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Draghi cree cuanto más dure incertidumbre del “Brexit”, mayor será el impacto

EFE

Bruselas —

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió hoy de que si bien la eurozona ha sido capaz de capear el primer impacto de la decisión de los británicos de optar por su salida de la Unión Europea, cuanto más se extienda la incertidumbre sobre el proceso, peores serán sus efectos.

Durante una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara, Draghi dijo que se espera que la recuperación de los socios de la moneda única “prosiga a ritmo moderado y continuado, aunque con un impulso ligeramente menor del que se esperaba en junio”.

No obstante, los Diecinueve miembros de la eurozona han mostrado “una resistencia a la incertidumbre global y política, notablemente tras el resultado del referéndum británico” celebrado el pasado 23 de junio, en el que se impusieron los partidarios del “Brexit”.

Pese a que ha pasado ya un trimestre desde esta decisión, aún no se ha puesto en marcha el proceso, dado que Londres no ha dado el paso de solicitar formalmente su salida del club comunitario, sin lo que las negociaciones sobre cómo llevar a cabo la separación no pueden dar comienzo.

Draghi se felicitó por el modo en que la eurozona se ha recuperado de las turbulencias que inicialmente desató el “Bréxit” en los mercados, en buena parte, dijo, gracias a las medidas que los bancos centrales dispusieron a uno y otro lado del Canal de la Mancha.

Sin embargo, la incertidumbre sobre cuándo comenzará el proceso y, en especial, sobre cómo culminará puede aún tener un impacto negativo en la eurozona, recalcó.

“Es mucho más difícil de decir cuáles serán las consecuencias a medio y largo plazo, porque dependerá de la cantidad de tiempo que lleve arrojar claridad sobre la nueva situación, así como del resultado de las negociaciones y de las políticas que se tomarán en el Reino Unido y en la zona del euro”, apuntó.

Draghi, que pidió seguir los acontecimientos “con cautela”, aseguró que “está bastante claro que cuanto más larga la incertidumbre sobre el resultado final, más relevantes serán las consecuencias”.

La debilidad de la demanda extranjera desde junio es, precisamente, una de las cuestiones que preocupan a Fráncfort, ya que “junto a otros factores, seguirá suponiendo un riesgo a la baja para las perspectivas de crecimiento de la eurozona”, según Draghi.

El banquero italiano recordó que el BCE espera que la zona del euro crezca un 1,7 % este año y un 1,6 % el próximo -mientras la inflación permanece débil, en el 0,2 % y el 1,2 % respectivamente-, para alcanzar un 1,6 % en 2018.

En este escenario, el BCE “preservará una cantidad muy sustancial de apoyo monetario que está incluida en proyecciones de nuestros expertos y que es necesaria para asegurar la vuelta a unos niveles de inflación por debajo, pero cerca, del 2 % a medio plazo”, dijo.

“Y si se justifica, actuaremos utilizando todos los instrumentos que tenemos disponibles dentro de nuestro mandato”, añadió.

No obstante, hizo hincapié en la necesidad de que los países tomen también cartas en el asunto y adopten políticas favorables al crecimiento, que permitan aprovechar la política monetaria expansiva del BCE.

De nuevo, instó a las capitales a actuar para evitar que el periodo de bajos tipos de interés se prolongue y, con él, sus efectos adversos sobre la economía, la sociedad y la banca.

También se mostró partidario de que tomen medidas que permitan una consolidación del sector bancario.

Otra cuestión que destacó durante su diálogo con los europarlamentarios fue la importancia de que los países cumplan con las normas, especialmente las de disciplina fiscal, de modo que si no tienen margen presupuestario, “se preocupen de la composición de sus cuentas, no de su tamaño”.

“Muchos de estos países aumentaron el gasto año tras año en la década anterior a la crisis, aunque el crecimiento se estancara o fuera muy pequeño. Es decir, no es contratando a gente para que no haga nada como se aumenta el crecimiento en un país”, señaló.

No obstante, recordó que los países que sí tienen margen fiscal -como Alemania- también “deben” contribuir.

Constató que hay una “asimetría” a la hora de aplicar las normas sobre disciplina fiscal, ya que a los países que superan el máximo del 3 % del déficit público se les insta a tomar medidas, mientras que no se presiona a los que tienen margen fiscal para que inviertan.