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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Empresas europeas advierten a China de la reacción negativa si no abre la economía

EFE

Pekín —

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Las empresas europeas que operan en China urgieron hoy al Gobierno de Pekín para que haga realidad sus promesas de apertura a las inversiones y al comercio, y le advirtieron de que un incumplimiento podría traer “una reacción negativa” contra la globalización.

“La falta de reciprocidad en el acceso a los mercados se está haciendo políticamente insostenible”, afirmó hoy el presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, Mats Harborn, al presentar el informe anual de la organización sobre la economía china.

“Nos tememos que si esto no cambia rápidamente habrá una reacción negativa contra la globalización económica”, añadió.

Harborn aseguró en rueda de prensa que las empresas europeas están “frustradas” por la falta de avances en las promesas de apertura por parte de las autoridades chinas, que por otro lado están aplicando nuevas restricciones a inversiones e importaciones.

El informe, de 400 páginas, recuerda cómo el presidente chino Xi Jinping se convirtió en un adalid del libre comercio con su intervención en el último Foro Económico de Davos, en enero, pero en Pekín el Gobierno sigue arrastrando los pies a la hora de abrir su economía a la presencia exterior, en contra de promesas previas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, propuso la pasada semana crear un sistema de revisión de inversiones extranjeras para proteger a las empresas de la UE de adquisiciones no deseadas de países que no ofrecen el mismo nivel de oportunidades a las compañías comunitarias.

Juncker recalcó que su propuesta no se dirige contra ningún país, pero Pekín ya ha mostrado su preocupación ante lo que percibe como un aumento del “proteccionismo” en Europa.

Las empresas europeas lamentan que sectores como telecomunicaciones o banca minorista siguen totalmente cerrados a los extranjeros en China, mientras que en otros sectores se sigue limitando su presencia (normalmente solo pueden asociarse con una empresa loca que detenta la mayoría del capital de la empresa conjunta).

Además, continúa la discriminación frente a firmas chinas en licitaciones y compras públicas, y los grandes gigantes empresariales de titularidad pública siguen gozando de ventajas ajenas al libre mercado.

Mientras tanto, las empresas chinas tienen mucha más libertad en Europa a la hora de instalarse, comprar compañías europeas o participar en compras públicas.

Herborn recordó medidas recientes aprobadas por el Gobierno chino, como nuevas inspecciones sobre las importaciones de alimentos (incluso los envasados en cajas o latas) que entrará en vigor el 1 de octubre próximo o la reciente decisión de que los coches eléctricos e híbridos que reciban subsidios para su compra deben tener únicamente baterías fabricadas en China.

Además, el sector de servicios legales pasó de “restringido” a “prohibido” en 2014, recuerda el documento, que incide también en las limitaciones de internet (técnicas o de censura) o las crecientes trabas burocráticas para rotar en China a personal o becarios.

Como consecuencia de todos esto, la inversión directa en China procedente de la Unión Europea cayó un 23 % el año pasado hasta los 6.670 millones de euros (8.000 millones de dólares), mientras que en el lado opuestos las empresas del gigante asiático dispararon un 77 % su inversión en la UE hasta los 33.350 millones de euros (40.000 millones de dólares).

En la primera mitad de este año, las inversiones chinas en territorio comunitario se han mantenido estables, debido en buena parte a las limitaciones de Pekín a la salida de capitales, mientras que las inversiones procedentes de la Unión Europea en suelo chino se han recortado en otro 23 %.

En cambio, la inversión de la UE en Estados Unidos alcanzó el año pasado los 230.000 millones de euros (277.000 millones de dólares), según datos de la Cámara de Comercio de EEUU en Europa.