España es el país de la OCDE que peor paga a sus jóvenes

Líderes en la OCDE en pagar salarios bajos a los trabajadores jóvenes. La mitad de los ocupados de entre 15 y 29 años en España cobra lo que la organización internacional llama “salarios bajos”, es decir, remuneraciones inferiores a dos tercios del salario mediano en el país. Es el Estado miembro del llamado el 'Club de los países ricos' (o desarrollados) con un mayor porcentaje de trabajadores jóvenes en este escalón de sueldos más bajos (un 49%), según el último informe sobre perspectivas laborales de la OCDE, que toma como referencia el año 2016.

Con los datos de los 32 países que analiza la organización, y que ha facilitado a eldiario.es en una consulta, la media de la OCDE sitúa este porcentaje en el 34,9%. Es decir, más de uno de cada tres trabajadores con menos de 30 años ocupa puestos retribuidos con salarios bajos en los países desarrollados.

España encabeza la lista a mucha distancia del promedio con ese 49%, seguida de Luxemburgo, también con un 49% (aunque si se toman más decimales su dato es ligeramente inferior), y de Irlanda, con un 48,3% de su población trabajadora joven en esa situación.

En el lado opuesto de la clasificación, Chile es el país con una menor proporción de jóvenes trabajadores con sueldos bajos: un 13%. A continuación figura Eslovaquia, con un 18% y República Checa, con un 20,1%.

España es el país que más empeora desde 2006

Más allá de liderar la clasificación, es muy significativo el salto que ha dado España en la última década. La OCDE enfrenta los datos registrados en los países estudiados entre 2006 y 2016 y, de nuevo, España figura la primera de lista: en este caso, como el estado en el que más ha aumentado este porcentaje de jóvenes trabajadores con salarios bajos, en 16,9 puntos. 

La media de la OCDE muestra un crecimiento mínimo en esos diez años, de 0,2 puntos porcentuales. España el país en el que más aumenta el porcentaje de un total de 15 estados que experimentan una subida. En los otros 17 países analizados, la proporción disminuye, con Polonia como el estado con un mayor descenso (11,8 puntos porcentuales).

En España, el aumento en esos diez años le han hecho pasar a la primera posición desde la 19 que ocupaba en 2006.

La alta tasa de paro juvenil, de un 32,4% según los datos de Eurostat del pasado febrero, es uno de los principales motivos señalados por el economista José Moisés Martín como causa de que los jóvenes en España se aglutinen cada vez más en este estrato de salarios más bajos. “Por un lado, influye mucho la alta tasa de desempleo juvenil que tira a la baja el salario de los jóvenes en el mercado de trabajo y, por otro lado, la negociación colectiva ya no está tan fortalecida tras la reforma laboral de 2012”.

El mayor peso del grupo de trabajadores jóvenes con bajos salarios proviene sobre todo del adelgazamiento del porcentaje situado en las remuneraciones medias: es un 45,9% del total de ocupados con menos de 30 años, 13,6 puntos porcentuales menos que en 2006. También ha mermado la proporción de trabajadores jóvenes en puestos de salarios altos –aunque menos– hasta situarse en un 5,1% en 2016, 3,4 puntos menos que diez años antes.

La OCDE considera trabajos con sueldos altos aquellos que pagan más de 1,5 veces el salario mediano en el país, mientras que en los puestos con remuneraciones medias se concentrarían todos los que no están en los dos extremos.

También afecta a los trabajadores con más estudios

Antonio González, miembro de Economistas Frente a la Crisis, subraya que la devaluación salarial en España “es tan fuerte en el caso de los jóvenes que afecta también en gran medida a los que tienen una alta cualificación”, como recoge el informe de la OCDE.

La organización internacional sitúa a España de nuevo en otra cabecera en este sentido: es el país desarrollado en el que más ha crecido el porcentaje de jóvenes con educación superior que recibe salarios bajos desde 2006, 20,8 puntos porcentuales. El traspaso en estos diez años se produjo en este colectivo específico más formado también desde el grupo que obtiene una remuneración media (-12,6pp) y, en menor medida, del que está remunerado con salarios altos (-8,2pp).

“Se ha creado trabajo muy mal pagado, independientemente de sus características. Implícitamente se está diciendo que se ha desconectado la productividad del trabajo respecto a los salarios que se perciben por ellos”, afirma González. En opinión del economista, ese margen en la productividad del trabajo y los salarios más bajos ha permitido “un aumento del salario mínimo tan grande, del 22%, que no ha producido destrucción de empleo”, aunque reconoce que hay que esperar para ver todos sus efectos.

José Moisés Martín recuerda también que este trasvase a los puestos con salarios más bajos se produce de manera general en el conjunto de los trabajadores y se explica por múltiples motivos, como la creación de empleo en sectores menos productivos, precarios y marcados por una fuerte dualidad entre fijos y temporales, más alta en los jóvenes que en el conjunto de los trabajadores. El especialista enfatiza además que la polarización del mercado de trabajo debido a la digitalización y las nuevas tecnologías está teniendo un efecto limitado por el momento: “Más que una cuestión tecnológica, es institucional”.

La OCDE destaca en este sentido que, aunque se está produciendo una polarización de los puestos de trabajo según su cualificación –disminuyen los que requieren una cualificación media y aumentan los puestos para personas con alta formación–, ese cambio no se está viendo acompañado de la misma polarización en los salarios. En muchos países (no es el caso de España) aumenta el porcentaje de trabajadores en puestos de salarios medios, por lo que hay trabajos que requieren de personas con una alta o baja formación a las que pagan salarios que se alejan de los extremos.