Las puertas del CEIP San José de Calamonte se han abierto esta mañana a las 9:00, después de seis meses, para recibir a los más de 500 alumnos, matriculados en este centro educativo. Un inicio de curso diferente, escalonado, con mascarillas y sin besos ni abrazos.
El equipo directivo ya lleva semanas trabajando en la adaptación y reorganización del centro. La señalética y la concienciación tanto del personal docente como de los más pequeños ha sido fundamental para que las medidas de prevención hayan funcionado en este primer día.
“Un gran reto”
La ilusión de los más pequeños y la vuelta a la rutina para las familias han marcado este inicio del curso 2020/2021, que constituye “un gran reto” para los docentes como ha reconocido Juan Pablo Marín, director del CEIP San José de Calamonte “con responsabilidad ante una situación llena de incertidumbre en la que hay que cumplir con una serie de medidas preventivas y protocolos pero también con ilusión de dar lo mejor de nosotros mismos para que el alumnado se sienta seguro, garantizando su derecho a la educación”.
Medidas de prevención higiénico sanitarias
El uso de las mascarillas, a partir de Primero de Educación Primaria, la utilización de geles hidroalcohólicos, mantener la distancia de seguridad en las aulas, entradas y salidas escalonadas, itinerarios específicos y la ventilación de las clases son solo algunas de las medidas higiénico sanitarias puestas en marcha en este centro educativo de Calamonte, localidad situada a escasos cuatro kilómetros de la capital extremeña.
Cuentan con espacio suficiente, por eso han podido realizar sin problemas los desdoblamientos requeridos, en concreto en 5º y 6º de Primaria, y no ha hecho falta utilizar ningún espacio público, ofrecido por el Ayuntamiento, aunque eso sí, destaca el director del CEIP San José “hemos contado con toda su ayuda en cuanto a material, disposición y colaboración”.