Mujeres del Magreb muestran en Extremadura la importancia de la lucha feminista en la Primavera Árabe

Su presencia era protagonista en las calles mientras estallaba la Primavera Árabe. Mujeres fuertes que ocupaban el espacio público en toda clase de protestas, sobre todo en el caso de Túnez.

Organizadas desde entonces para impedir un retroceso en los avances logrados en las leyes. Mujeres convencidas de que los derechos de ellas no son inferiores al de los hombres.

Pese a la importancia que tuvo su trabajo en la defensa de la democracia y la libertad que promovía la Primavera Árabe, no han sido visibilizadas a ojos del hombre occidental. O al menos no se les ha otorgado la relevancia que sí han tenido en sus países.

Esta semana pasan por Extremadura tres organizaciones feministas y laicas de Marruecos y Túnez. Son mujeres de la Unión de Acción Femenina por Marruecos; la Asociación de Mujeres Tunecinas por la Investigación y el Desarrollo; y la Unión General de Trabajadores Tunecinos, esta última reconocida con el Premio Nobel de la Paz el año pasado.

Fuertes y combativas, fieles defensoras de sus derechos, vienen a mostrar cómo viven las mujeres en sus países de origen. Y es que ser feminista en el mundo árabe no es fácil. Las barreras que les toca derrumbar se refieren a su participación social y a algunos patrones culturales que siguen muy vigentes y que les cree inferiores.

Paso a paso las mejoras llegan, la realidad avanza. Estas mujeres tienen mucho que decir sobre este proceso.

Acuden a la comunidad extremeña con un programa de sensibilización de la Asamblea de Cooperación por la Paz, financiado por la Agencia Extremeña de Cooperación al Desarrollo.

El viaje por Extremadura

En su viaje tendrán la oportunidad de hacer un intercambio con la realidad de las mujeres en España en las ciudades de Mérida, Badajoz y Plasencia. Serán momentos para reflexionar sobre la importancia que han tenido y tienen en el desarrollo de las sociedades, y analizar también cómo es el caso extremeño.

La intención del proyecto es aprovechar la experiencia y sabiduría de estas activistas para mejorar el posicionamiento de la sociedad extremeña en defensa de los derechos. También mejorar y ampliar los espacios de libertad y participación femenina en la sociedad civil y en las instituciones.

El motivo es que las tres organizaciones trabajan en sus países la paridad y a la presencia de ellas tanto en la esfera social como política, según detalla Antonino Caradonna, responsable de ACPP en el Magreb, que acompaña a las activistas en su viaje por Extremadura. Un intercambio en clave de género abierto a la participación de todas las personas.

Su trabajo de incidencia política es básico porque aunque es cierto que hay leyes que impulsan la igualdad en sus países, en la práctica no se garantizan y al final son los hombres los que siguen teniendo una presencia abrumadora en detrimento de ellas, que quedan relegadas a un espacio reducido.

Otra de sus luchas en el Magreb es contra la violencia machista. Algunos estudios muestran unos porcentajes de agresiones elevadísimos, teniendo en cuenta que hasta dos terceras partes de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de sus vidas en el caso de Túnez.

Pero hay más cuestiones, por ejemplo su defensa de la igualdad laboral. Así el paro femenino duplica al de los hombres, pese a que ellas tienen un nivel de estudios más elevado, al mismo tiempo que sufren más la precariedad laboral.

Tras el final de las Primaveras Árabes la situación ha sido de retroceso con la llegada de gobiernos conservadores, algo que no les ha hecho detenerse. Más bien lo contrario según destaca el delegado de ACPP.

Estas organizaciones han movilizado a miles de personas frente a abusos que antes no se daban, como el ataque que sufrió una profesora universitaria por el hecho de ir sin velo por grupos extremistas. Es en los espacios públicos donde mantienen sus la defensa de los derechos de las mujeres.

Las organizaciones

Hasta Extremadura han venido Nadia Nair (UAF), Salwa Kennou (AFTURD) y Samia Bouslam (UGTT), con el objetivo de mostrar una visión completa del antes, durante y después de la Primavera Árabe.

UAF es una asociación de mujeres de Marruecos que tiene presencia en muchas provincias del país y que apuesta por empoderar a las mujeres. Incluso tiene parlamentarias que desde la esfera pública trabajan por mejorar las condiciones de vida de ellas desde las leyes.

Uno de los casos más sonados en el que se han involucrado ha sido el de una joven en el sur de Marruecos, que después de ser violada su familia le obligaba a que se casara con su agresor. De modo que esta organización se moviliza en contra de las leyes que protegen a los violadores.

Comenzó a funcionar en 1983, tiene más de 20 secciones y cuenta con 12 centros dedicados para atender a las víctimas de violencia de género y un centro de acogida, informa la Agencia Efe. Su principal misión es combatir la violencia de género, aunque también trabajan en torno al código de la familia y han contribuido en el cambio de la Constitución.

En Túnez se encuentra el sindicato UGTT, que tiene más de 800.000 afiliados, Premio Nobel de la Paz 2015. Cuenta con una sección que trabaja en defensa de las mujeres y de sus condiciones laborales. Apuesta por la igualdad y por los derechos de la sociedad civil, en contra de las desigualdades entre mujeres y hombres.

UGTT es la organización sindical más grande de este país y la mitad de sus afiliadas son mujeres. Comenzó a tener importancia con el movimiento de liberalización del país, para el desarrollo de la democracia. Forma parte de la Central Sindical Internacional, colabora con sindicatos como CCOO y promovió el Cuarteto para el Diálogo Nacional Tunecino con el que obtuvieron el Nobel.

Está también la asociación AFTURD, colectivo feminista que desde los años 80 trabaja en defensa de los derechos de ellas, y que apuestan por la sinergia y han colaborado en numerosas ocasiones  en defensa de los derechos de las mujeres. Legalizada en 1989, tiene como objetivo la promoción de la cultura de igualdad entre mujeres y hombres, así como realizar estudios e investigaciones, como la igualdad frente a la herencia, el trabajo precario o la violencia en mujeres y niñas.

Colabora con instituciones públicas a nivel nacional e internacional, reivindica que la igualdad que se ha plasmado en textos sea llevada a la práctica y, también, la consolidación de los derechos de las mujeres.