Una bolsa, un tapón de plástico y redes en el estómago de un tiburón peregrino que murió en una playa de Galicia

El mar no deja de dar muestras de la contaminación por plásticos que sufre y sus efectos. En el tracto digestivo de un tiburón peregrino que quedó varado el pasado fin de semana en una playa de Galicia y terminó muriendo se han encontrado diversos materiales de este tipo, desde una bolsa de pequeño tamaño a un tapón de una botella y restos de redes de pesca. La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), que analizó el cuerpo del animal, se encontró con varios objetos plástico.

Algunos de ellos estaban taponando la válvula espiral, un órgano interno que facilita que aumente la superficie de absorción en el reducido tamaño intestinal de tiburones y rayas. Según los veterinarios que hicieron el examen, esta oclusión fue la causa del debilitamiento y varamiento del tiburón.

El ejemplar apareció el pasado sábado 25 de junio en la playa de Bastiagueiro, en el municipio coruñés de Oleiros, en la que varó. En un principio parecía medir unos dos metros, aunque luego se comprobó que medía cuatro. Su presencia provocó que se cerrase al público el acceso al agua hasta que se identificó la especie, que en gallego se conoce como momo y que resulta inofensiva para los humanos. El tiburón peregrino se alimenta filtrando las aguas. En animal fue visto después en otro arenal cercano, el de Santa Cristina, en donde también quedó varado, aunque los socorristas, miembros de Protección Civil y voluntarios consiguieron devolverlo al agua.

Poco después, a última hora de la tarde, el tiburón volvió a varar y terminó muriendo. El domingo un equipo veterinario de Cemma lo examinó y revisó el contenido de su tracto digestivo. Los expertos indican que es habitual encontrar objetos extraños porque esta especie es filtradora y cualquier objeto que haya en la columna de agua lo ingieren como si se tratase de alimento. “Una especie más que es víctima de la contaminación por plásticos de nuestros océanos”, reflexiona la organización.

Cemma explica que los ejemplares adultos de tiburón peregrino miden en torno a ocho metros. La especie es la segunda más grande entre los peces, después del tiburón ballena. Cada año hay entre dos y tres avistamientos en Galicia, a menudo dentro de las rías y con más frecuencia durante la primavera.